Una panadería tiene jornada laboral de cuatro días y diez semanas de vacaciones desde hace tiempo. Su veredicto: son muy felices

Esta panadería tiene el doble de plantilla que si los empleados tuvieran que trabajar jornadas normales de 40 horas y con un mes de vacaciones y están encantados con su modelo

La panadería o 'boulangerie' Louboulbil, es una pequeña empresa ubicada en Francia que ha compartido su experiencia por las condiciones laborales que ofrece a sus trabajadores. La empresa está dirigida por un antiguo ingeniero que decidió apostar por un nuevo gremio: el pan.

Jean-Pierre Delboulbe, el ingeniero reconvertido, ha contado su experiencia. Decidió que sus trabajadores tuvieran jornadas laborales de cuatro días, manteniendo el sueldo que la gente ya ganaba, de 2.000 euros al mes, y también ampliar las vacaciones a diez semanas al año.  No es la primera vez que la panadería con "200 días de descanso al año", como la han denominado algunos medios, sale en las noticias.

A su creador le gusta presumir de cómo él ve el mercado laboral y financiero, más allá del modelo tradicional empresarial de ganar más y que el jefe se enriquezca con el trabajo de sus empleados.

Lleva en marcha desde 1997 y la empresa afirma que su modelo quiere ser el de una panadería solidaria, que apueste más por la mano de obra humana que por máquinas. Y básicamente, se autodefinen como una "cooperativa anarquista que demuestra que otro modelo es posible".

Casi el doble de plantilla que con un modelo tradicional

Entre otra de las cosas que llaman la atención de esto es que implementando un “salario digno”, cuatro días de trabajo semanales y diez semanas de vacaciones al año, la empresa cuenta con más de 30 empleados y su líder asegura que, de seguir el modelo de trabajo tradicional, de cinco o seis días a la semana y de un mes de vacaciones al mes, la empresa tendría 17 empleados a tiempo completo.

“Todo empezó cuando yo era ejecutivo de Vinci en París (un grupo industrial francés especializado en la construcción de  edificios, grandes obras, infraestructuras de transporte, carreteras, autopistas) y sólo tenía cinco semanas libres para ir a ver a mi familia y a mis suegros”, ha explicado a la AFP este hombre de 52 años.

Decidió cambiar de vida e inició este negocio, él solo, en 1997. Él explica que quiso desarrollarlo como un "negocio anárquico" y explica que poco a poco, la empresa, organizada como cooperativa agrícola que "utiliza trigo de producción local, incluido el propio, crece y perfecciona su modelo social".

Critica el modelo tradicional económico donde se da la importancia a la riqueza económica frente a otros valores. "Los directivos de los grandes grupos tienen derecho a opciones sobre acciones" y recuerda que eso suele dejar de lado a llos trabajadores con unos sueldos básicos con los que no llegan a poder invertir en esas acciones.

Huyendo de la obsesión por la riqueza económica

Hace unos días, el creador de Amazon y gran inversor, uno de los hombres más millonarios del mundo, fue polémico restando importancia a su dinero y hablando de cómo para él lo importante era cómo había enriquecido a otros inversores. Al mismo tiempo, es conocido que las condiciones laborales de los trabajadores y repartidores de Amazon son muy duras, pero cuando logró tanto dinero como para ir a pasear al espacio, agradeció el esfuerzo a sus trabajadores y compradores de la firma.

Jean-Pierre Delboulbe defiende modelos contrarios empresariales. En su taller tiene un cuadro donde se detallan los ingresos de los empleados. .  El “salario digno” básico se basa en la renta media francesa y se fija en 2.000 euros netos, por encima de la renta media del sector.  Los incrementos ligados a la antigüedad y las bonificaciones aumentan la remuneración de todos los empleados, en función del volumen de negocios de la empresa.

La organización del trabajo también es única, estableciéndose la autonomía como palabra clave.  “Podemos decir que somos una empresa anárquica, pero anárquica en el sentido de que hay muchas libertades”, asegura Nathalie Tessier, vendedora.  "Cada uno hace lo suyo, cada uno hace sus propios turnos, no hay presión, no hay control, ni siquiera se esperan resultados", explica esta empleada.

Por su parte, el creador del concepto, que afirma que prefiere inspirarse por la felicidad interior bruta que por el PIB, como hace el país asíatico Bután a la hora de medir indicadores de la marcha de un país, explica que "las decisiones de la empresa se toman según tres criterios que deben maximizarse: tiempo libre, tranquilidad y dinero".

Imagen | Foto de Mae Mu en Unsplash

En Genbeta | El teletrabajo puede perjudicar a los empleados más jóvenes. Les quita visibilidad y capacidad de aprendizaje

Ver todos los comentarios en https://www.genbeta.com

VER 0 Comentario

Portada de Genbeta