Tiene licenciatura y máster, pero al llegar al mercado laboral todos le exigen una experiencia ídem que nadie está dispuesto a ofrecer
Esta es la historia de Roland Hesmondhalgh, un 'millennial' con dos títulos universitarios que lleva buscando trabajo desde enero de 2020... y que, pese a sus esfuerzos, aún no ha logrado un empleo estable, lo que le ha llevado a cuestionar el valor de su educación universitaria.
En 2019, Hesmondhalgh trabajaba como fotoperiodista a tiempo parcial mientras completaba su licenciatura en 'Periodismo multiplataforma' en el Instituto de Tecnología de Florida. Esperaba que este trabajo le abriera las puertas a una oportunidad a tiempo completo después de graduarse. Sin embargo, fue despedido antes incluso de haberse graduado.
Desde entonces, ha sobrevivido gracias a trabajos freelance ocasionales como fotógrafo o guionista para YouTube, los cuales, según él, pagan muy poco. A pesar de que no sólo terminó su licenciatura, sino que posteriormente también completó un máster Periodismo por la Universidad de Georgetown, no ha logrado asegurar un puesto estable.
"Me duele ver a tantas personas y noticias diciendo que hay contrataciones récord mientras yo no puedo conseguir nada, ni siquiera por el salario mínimo. Ya ni hablemos de todo lo que gasté durante los años en la universidad y de las decenas de miles de dólares invertidos en formarme".
Se exige experiencia, pero no la ofrecemos
Hesmondhalgh está suscrito a seis bolsas de trabajo online y prefiere aplicar en persona cuando es posible. A pesar de sus esfuerzos, la mayoría de los trabajos en periodismo requieren de tres a cinco años de experiencia formal en una redacción, algo que él no posee. Además, la desaceleración en la contratación dentro de la industria ha dificultado aún más sus perspectivas.
Sus títulos universitarios, afirma, no le han abierto puertas en el mercado laboral... sino todo lo contrario: nuestro protagonista cree que estar sobrecualificado ha perjudicado sus expectativas de obtener empleos poco cualificados.
Incluso después de expandir su búsqueda de empleo a sectores como la restauración y el comercio minorista, Hesmondhalgh ha tenido dificultades para acceder a una segunda entrevista:
"Donde quiera que vea un cartel de contratación y piense que me sentiría cómodo trabajando allí, entro y hablo con un supervisor. Sus ojos se iluminan al principio, pero después de revisar mis credenciales, simplemente me ignoran. No quiero mentir, pero parece que la honestidad es la peor política".
La falta de unos ingresos constantes le ha obligado a depender de préstamos estudiantiles, las ventas en Amazon de un libro que publicó cuando era más joven, el dinero del seguro de vida de su padre y los pagos por discapacidad de su madre, con quien probablemente se mudará el próximo año si su situación no mejora, para ahorrar el dinero del alquiler.
Hesmondhalgh no planea rendirse, pero por ahora, mientras continúa su búsqueda de empleo, su única expectativa radica en mantenerse activo a través de un programa de Harvard de escritura creativa online, para mejorar sus credenciales como escritor.
Vía | Business Insider
Imagen | Marcos Merino mediante IA
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