Si quieres ver las mejores series del momento, entonces necesitas una cuenta en Netflix, HBO Max, Disney+ y Prime Vídeo. Y esto es cada vez más caro: Amazon ha subido hace pocos meses el precio del pack de Prime (que incluye Prime Vídeo), también Apple TV+ ha incrementado el precio de su suscripción en octubre, Disney+ ya ha hecho lo propio en Estados Unidos y sirve como pista de lo que nos espera en Europa, HBO Max planea un incremento de precios para 2023 y la nueva cuenta barata de Netflix es la antesala de ajustes en los planes y medidas. Si te gusta el cine y las series en streaming, tendrás que pagar más que nunca.
El futuro no pinta muy halagüeño para nuestras carteras porque el escenario de las plataformas de streaming apunta a un aumento generalizado de precios o seguir esa "vía Netflix" de adoptar publicidad para cumplir las expectativas de los inversores. En el camino quedarán aquellos usuarios a los que no les salgan las cuentas.
Netflix, el que más ha subido (y sigue sin bastarle)
La evolución de precios de Netflix en España es el mejor ejemplo, al ser el servicio de contenido en streaming mainstream con más solera en nuestras fronteras. Cuando aterrizó en España en octubre de 2015, había tres planes: el básico, para un único dispositivo y sin HD a 7,99 euros/mes; el estándar, para dos dispositivos y HD a 9,99 euros/mes y el premium, para cuatro dispositivos y con UHD por 11,99 euros. Dos años después, el estándar y el premium subían a 10,99 euros/mes y 13,99 euros/mes respectivamente. En Junio de 2019 de nuevo subían los planes estándar y premium uno y dos euros respectivamente, quedando en 11,99 euros/mes y 15,99 euros/mes cada uno. La última subida data de octubre de 2021, pasando a costar 12,99 euros/mes el estándar y 17,99 euros/mes el premium. El que no ha cambiado absolutamente nada es el plan básico.
Hay que tener en cuenta además tres premisas que afectan a Netflix. La primera es general al sector y tiene que ver con el momento en el que atraviesa la guerra del streaming en cuanto a la adherencia y limitaciones de los usuarios: según un estudio de Kantar de diciembre de 2021, el 85% de los hogares están suscritos a un servicio de streaming en Estados Unidos y este porcentaje solo aumenta un 2% cada año, por lo que hay poco margen para crecer por ahí. En España, casi un 60% de las casas españolas paga al menos una plataforma, habiendo pasado de un 53,1% al 58,3% en la actualidad, crece, pero cada vez menos.
Pero es que además Netflix no saca beneficio de la concesión de licencias de contenido para otras plataformas. Es decir, que el contenido original de Netflix es exclusivo. Además, paga para tener los derechos del contenido de otros estudios en ella.
Producir contenido original como factor diferencial sale caro
Con una competencia feroz por atraer a nuevos clientes, las grandes producciones (que se conviertan en éxitos) pueden resultar determinantes. Pero estas grandes producciones implican grandes inversiones. Sirvan como ejemplos las dos producciones más ambiciosas de esta temporada: 'El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder' y 'La casa del dragón'. Según La Vanguardia, cada capítulo de la primera ha costado unos 20 millones por los 59 de la segunda, catapultándola así en la serie más cara de la historia. Además hay que añadir que hacerse con los derechos (se habla de 250 millones de dólares), una inversión de envergadura para la que Amazon ha pensado en amortizar a largo plazo, con cinco temporadas previstas. Allá por 2017, Netflix decidió cancelar la serie 'Sense8', con un coste de 9 millones por capítulo, porque no resultaba rentable.
En este escenario aparece una actriz a escena: la enorme deuda de Netflix, que lleva años desbocada (pese a que pudo meter algo de tijera gracias a la gran inyección económica en la pandemia) y que a finales de marzo de 2022 ascendía a los 14.500 millones de dólares. En cualquier caso, su ratio debt to equity se encuentra en la línea de Disney o Paramount, dentro de los parámetros del sector cinematográfico hollywoodiense.
Al final es cuestión de un balance: lo que entra (suscripciones y ahora publicidad) menos lo que sale (inversión) para lograr un acumulado en forma de beneficios. Pero el "manantial" de los suscriptores se está secando: Netflix está lidiando con un crecimiento de sus suscriptores más lento de lo esperado. Así, el último dato que se tiene de sus audiencias es el de casi 222 millones de suscriptores a finales del año pasado.
Necesita dinero para acometer estas inversiones y una de las fuentes para lograrlo es subir los precios, como explicó en abril, cuando perdía suscriptores por vez primera en su historia y caía en bolsa.
Ver el gráfico //datawrapper.dwcdn.net/wCOpVEn declaraciones a The Verge, el director de investigación y analista de Gartner Eric Schmitt :"La TV en streaming está en su adolescencia, la era de colonización está terminando y estamos entrando en una fase en la que estos proveedores de servicios han de demostrar que tienen negocios viables."
Desde ese momento, Netflix ha comenzado su particular plan de choque que implica ese nuevo modo low cost con anuncios o tomar cartas en el asunto con las cuentas compartidas. Asimismo, también ha puesto un tope a su inversión de 17.000 millones para nuevo contenido para 2023.
Netflix como espejo para el resto del sector
Apple TV+ tampoco otorga licencias del contenido que crea, por lo que su fuente de ingresos se centra en atraer nuevos suscriptores y de momento ya ha aplicado la fórmula de la subida de precios: en octubre elevó los precios de todos sus servicios el mes pasado, esgrimiendo "un aumento en los costes de licencia". Pero Cupertino todavía no ha pulsado la tecla de los anuncios, pero rumores, haberlos, haylos: por un lado, parece haber iniciado contactos con agencias publicitarias – según DigiDay – y por otro, va a retransmitir la Major League Soccer y allí también tiene planes de crear una red de publicidad, según Bloomberg.
Más de lo mismo con HBO Max, que este cuya inminente fusión con Discovery traerá una cal y otra de arena. Por un lado, el aumento de su catálogo con contenido original de HBO y Discovery, así como el de reconocidas marcas como CNN o Cartoon Network o series míticas como Friends, The Big Bang Theory o Sexo en Nueva York. ¿Recordáis esa agresiva campaña publicitaria de lanzamiento a mitad de precio de lanzamiento? Un tecnicismo: se mantendría el descuento del 50% para siempre, pero si aumentas el PVP, aplicando el porcentaje igualmente pagarás más. Con esa fusión llegaría una nueva modalidad gratuita con anuncios.
Según Schmitt, este es un paso inevitable para casi cada servicio. Y es que es probable que haya usuarios que toleren este mal menor a cambio de un precio más bajo.
¿Qué pasa cuando un servicio de streaming genera ingresos licenciando contenido para otras plataformas? Es el caso de Disney, que a lo largo de los años ha engrosado los catálogos de Hulu o Netflix. Pues que, según apuntan en Hollywood Reporter, adelantar el fin de la licencia de Marvel para recuperar las series de Netflix y llevarlas a Disney+ le ha supuesto desembolsar mil millones de dólares. El escenario comienza a parecerse a los anteriores y también la vía de escape: subir los precios para compensar esa pérdida.
A Disney+ no le salen las cuentas: gana más suscriptores de los esperados pero pierde cada vez más dinero. En abril superó sus propias expectativas (de alcanzar los 10 millones) llegando a 14 millones de suscriptores y también las superó con las pérdidas, con 1.100 millones perdidos frente a los 300 millones que esperaban dejarse por el camino. La "amenaza" de la publicidad se palpaba en el ambiente y ya es una realidad: en las últimas horas, se ha confirmado que tendrá un plan con anuncios, de momento solo en Estados Unidos.
La lógica de la rentabilidad está empujando a subir precios a algunos servicios de streaming, pero la realidad es que en un mercado inflacionista en general y al alza en particular, hay quien también se deje llevar por la deriva de incrementar las tarifas de suscripción "porque pueden. El jefe financiero de Paramount Plus (que llegará a España en 2023 de la mano de SkyShowtime) así lo apunta: "Los precios están subiendo en toda la industria, creemos que eso significa que tenemos espacio para aumentar el precio."
La realidad es que la forma en la que están configurados los servicios de streaming, disgregados para que necesites varias suscripciones para disfrutar del mejor contenido, el anzuelo de los precios bajos iniciales que luego suben, las rápidas cancelaciones, las experiencia de usuario de las interfaces y en general, la pérdida de valor añadido están tensando la cuerda hasta límites peligrosos: hay quien ya está diciendo basta.
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