Recientemente hemos conocido los planes de Disney+ en cuanto a su inminente subida de precio, la aparición de un nuevo plan con anuncios y su supuesta intención de limitar el uso de cuentas compartidas al más puro estilo de Netflix. Se trata de una estrategia que cada vez vamos viendo en más plataformas y que empezamos a normalizar.
Esta noticia vino un par de meses después del anuncio de la subida de precios en HBO Max y su estrategia con Max, un lavado de cara ya vigente en Estados Unidos y que veremos en 2024 en España, también con augurios de una subida de precio, plan con anuncios y más. El streaming se tambalea, y la producción de contenido comienza a no ser rentable, lo que provoca que las compañías tengan que hacer piruetas para sacar su negocio adelante.
Subidas de precio y más estrategias para abaratar costes
La subida de precios en las plataformas de streaming plantea una reflexión fundamental sobre la evolución de este modelo de negocio y su sostenibilidad a largo plazo. Netflix, como pionero en el campo, ha desempeñado un papel crucial al establecer las bases para la distribución de contenido vía streaming.
Sin embargo, el aumento constante en los costes de producción y la creciente competencia han llevado a una encrucijada en la que las plataformas se ven obligadas a considerar estrategias para mantenerse a flote y seguir ofreciendo contenido de calidad.
Los costes de operación están siendo una auténtica pesadilla para este tipo de plataformas, que ven sus beneficios reducidos considerablemente desde hace años. Disney+ por ejemplo, lleva aproximadamente más de 11.000 millones de dólares en pérdidas desde su introducción en 2019. La industria del streaming y Hollywood están pasando por uno de sus peores momentos, con una caída en beneficios del 90% desde la última década.
Es innegable que el streaming ha revolucionado la forma en que consumimos contenido audiovisual. La comodidad de acceder a una amplia gama de películas y series en cualquier momento y lugar ha atraído a millones de suscriptores en todo el mundo.
Sin embargo, este modelo también ha traído consigo desafíos económicos significativos. La producción de contenido original de alta calidad es costosa, desde la creación de guiones y la contratación de talento hasta la postproducción y la promoción. A medida que las expectativas de los espectadores aumentan, las plataformas se ven presionadas para invertir en contenido más atractivo y variado.
La cuestión clave aquí es si el modelo de suscripción actual es realmente sostenible. A medida que aumenta la inversión en producción, las plataformas enfrentan la difícil decisión de cómo financiar esta expansión. La subida de precios es una respuesta natural a esta necesidad, pero hay un límite en cuanto al precio que los consumidores están dispuestos a pagar.
A medida que las tarifas aumentan, existe el riesgo de que el valor percibido de la suscripción se diluya, lo que podría llevar a una reducción de suscriptores y, en última instancia, a un efecto contrario al deseado.
En este contexto, el "bloqueo de cuentas compartidas" se ha convertido en un tema de debate. Las plataformas barajan el hecho de implementar medidas para prevenir el uso compartido de cuentas y reducir el acceso no autorizado, algo en lo que Netflix ha sido también pionera. Si bien esto puede aumentar los ingresos al asegurarse de que solo los suscriptores reales accedan al contenido, también puede alienar a los usuarios y socavar la sensación de comunidad que a menudo es un aspecto atractivo de estas plataformas.
El futuro del streaming parece estar tomando diferentes caminos. Uno de los que parece están escogiendo muchas compañías es que las plataformas busquen alternativas para financiar su contenido, como la inclusión de anuncios en sus servicios, algo que no pensaríamos que ocurriese en plataformas de pago. También podrían explorar acuerdos de licencia con otras compañías de entretenimiento o buscar formas de reducir los costes de producción manteniendo altos estándares de calidad.
El aumento de precios y la evolución del modelo de negocio de las plataformas de streaming plantean un dilema tanto para las empresas como para los consumidores. Si bien el deseo de acceder a contenido de calidad es comprensible, también es importante que las plataformas encuentren un equilibrio entre la sostenibilidad financiera y la satisfacción del cliente. En un panorama en constante cambio, es posible que veamos nuevas innovaciones y ajustes en el modelo actual para garantizar que el streaming siga siendo una opción atractiva para los usuarios en todo el mundo.
Imagen | Glenn Carstens-Peters
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