Los taxistas españoles están en pie de guerra. Hoy en Madrid se van a producir paros de 12 horas en el servicio, secundados de otros en más ciudades de España como Barcelona, donde la huelga va a durar 24 horas. Y todo para protestar contra servicios como Uber y Cabify, que según las distintas asociaciones de taxistas están "desmantelando el sector público del taxi".
Como seguramente ya sabréis, esto no se ha producido de la noche a la mañana. Es un conflicto que lleva años ocurriendo, con otra huelga muy reciente el pasado mes de marzo. En algunas ciudades como Sevilla incluso se han quemado vehículos de Cabify para protestar contra el servicio. La pregunta que nos hacemos es la siguiente: ¿Cómo hemos llegado a esta situación?
Vale la pena señalar que durante la huelga de hoy el Ministerio de Fomento como el consistorio municipal serán objeto de las reclamaciones del sector. Dichas reclamaciones van encaminadas a "buscar soluciones para el cumplimiento de la normativa para acabar con la competencia desleal de empresas como Uber o Cabify".
¿Por qué los taxistas están en guerra contra Uber y Cabify?
Uber llegaba a España en mayo de 2014, y lo hacía con un gran reguero de polémicas. El sector del taxi no veía con buenos ojos que se pudiese alquilar un coche particular a través del móvil para realizar un trayecto que se podría hacer mediante el uso del servicio público.
Cabify, por su parte, lleva operando en nuestro país desde 2011. Esta startup tiene su sede española en Madrid, y se la ha considerado tradicionalmente como "alternativa a Uber". Básicamente su modo de funcionamiento era el mismo que el de que la empresa de Travis Kalanick, y también había suscitado las críticas del sector del Taxi por considerarlos competencia desleal.
Sin embargo, la aventura española de Uber no duró mucho tiempo. A finales de 2014 un juez ordenaba el cese de toda su actividad, y las operadoras de Internet bloqueaban la página web por orden judicial. La empresa no tardó en contraatacar, definiéndose como "economía colaborativa", para después considerarse como intermediarios, pero no funcionó.
¿Los motivos? Que el juez a cargo del caso estimó que el transporte de pasajeros que hacían los conductores no era legal al no tener estos autorización para llevarlo a cabo y además incurrían en competencia desleal. El argumento es el mismo que los taxistas esgrimían entonces y ahora.
Uber volvía a España casi año y medio después de haber desaparecido del mapa de movilidad, aunque sólo a Madrid y sustituyendo a los conductores sin licencia por conductores con licencia VTC, que permiten el transporte de pasajeros con algunas limitaciones.
Con licencias o sin ellas, los taxistas no estaban contentos. En España el sector del taxi y las compañías como Uber o Cabify son servicios regulados de forma independiente, aunque los taxistas ven menos impedimentos para conseguir una licencia VTC si lo comparan con las trabas que tienen que superar ellos.
La principal es el Permiso Municipal de Conductor de Taxi una licencia que se obtiene tras pasar un examen. Además, deben cumplir una serie de requisitos de salud, pagar una tasa y adquirir un vehículo homologado y equipado adecuadamente.
Desde que se anunció el regreso de la empresa de Travis Kalanick a España, los taxistas han centrado su campaña en pedir más control de las licencias VTC, en que Uber cumpla sus obligaciones "como cualquier transportista" y en las trampas legales que utilizan este tipo de multinacionales para pagar menos impuestos en España.
En lo que respecta a Cabify, la Federación Profesional del Taxi de Madrid les denunció debido a que consideran que sus conductores no cumplen las limitaciones establecidas con las licencias VTC que hacen que éstas se diferencien de las licencias de taxis.
La empresa se defendió en su momento argumentando que ellos se limitaban a ofrecer un servicio de chóferes, y que sí cumplían las reglas que establecía la legislación. Lo que Cabify no padeció fue un cierre cautelar, desdestimado por el juez y que Uber sí tuvo que ejecutar.
¿Qué es lo que no gusta a los taxistas de las licencias VTC?
En los últimos años las solicitudes de licencias VTC han crecido exponencialmente. Llama la atención el hecho de que precisamente el sector del taxi intentase conseguir más de 5.000, quizá como una forma de intentar contrarrestar lo que a priori parecía un acopio de licencias por parte de Uber para hacerse con el mercado.
A esto también contribuyó la puesta en marcha de la Ley Ómnibus. La ley no hacía otra cosa que seguir la Directiva 2006/123/CE del Parlamento Europeo, pero también provocó un vacío legal que hizo que las solicitudes de licencias VTC subiesen como la espuma. Se podían solicitar a placer, por vía judicial y siguiendo estos cuatro pasos:
- Una persona física o jurídica solicitaba una o varias licencias VTC.
- La Comunidad Autónoma rechazaba la concesión de las licencias, por entender que ponía en riesgo el mercado del taxi.
- El solicitante recurría al Tribunal Superior de la Comunidad en cuestión, y este apoyaba la versión del gobierno regional.
- El solicitante recurría al Tribunal Supremo, y ahí obtenía un fallo favorable a la concesión de la licencia.
Es cierto que existía una limitación por ley que dictaminaba que debía haber 30 taxis por cada licencia VTC, pero durante los años que existió el vacío legal se presentaron muchas peticiones al Tribunal Supremo que todavía deben resolverse.
Para terminar de añadir leña al fuego, la CMNC defendía la eliminación de las restricciones a las licencias VTC, lo que también les valió las críticas del sector del taxi. El Ministerio de Fomento anunciaba ayer que no se va a desregular las VTC y que seguirán manteniendo la limitación de la que hablábamos antes, aunque dado que esa limitación no existe de facto por el vacío legal de la Ley Ómnibus, es pan para hoy y hambre para mañana.
Lo segundo que está levantando ampollas entre la comunidad de taxistas es, por un lado que las empresas de alquiler de vehículos con chófer paguen más impuestos que hasta ahora. Por otro lado, que imponen por la fuerza sus conductores un "sistema que fuerza a los conductores a la precariedad laboral", en palabras de FEDETAXI.
La cosa no se queda aquí. El sector del taxi va a denunciar a estas empresas ante la fiscalía, en primer lugar pidiendo que se "investigue si pudieran estarse infringiendo las normas tributarias en estas transacciones en las que estiman se han podido hacer ya operaciones por más de 150 millones de euros".
En palabras de Miguel Ángel Leal, presidente de FEDETAXI, estas compañías “pese a que presumen de transparencia y trazabilidad de sus operaciones esconden elusión fiscal y fraude laboral de un modo estructural, que habrá que investigar si pudiera ser delictivo”. En el comunicado que han emitido podíamos leer lo siguiente:
Pese a la desinformación que está habiendo en relación a los motivos y convocantes de la manifestación, FEDETAXI no reivindicará actuaciones imposibles como la prohibición de las aplicaciones para smartphones o el retorno a base o garaje de los vehículos VTC tras cada servicio. Por el contrario la organización representativa de los taxistas de España insta al establecimiento de un régimen jurídico que apueste por la regulación y que ofrezca movilidad sostenible, seguridad jurídica en todos los actores intervinientes, la reestructuración sectorial planificada y la apertura de un Libro Blanco sobre Movilidad Urbana. Y todo ello, claro está, bajo la premisa o base principal, de algo que a día de hoy no está sucediendo: que se cumpla la legalidad por parte de las empresas de vehículos de alquiler con conductor (VTC) y las plataformas multinacionales que comercializan sus servicios.
Y los taxistas tienen algo de razón...
Tal y como publicaron nuestros compañeros de Motorpasión en este artículo, la realidad es que para que un conductor de Uber o Cabify gane dinero y le resulte rentable tiene que echar muchísimas horas. Es cierto que, al igual que sucede con el trabajo de muchos autónomos, él mismo se gestiona su tiempo de trabajo y sus horas libres, pero tiene una doble cara.
La flexibilidad de horarios es una característica muy llamativa para los futuros conductores, pero tal y como está recogido en los 14 valores culturales de Uber por poner un ejemplo, el conductor tiene que convertirse en un estandarte de la excelencia. No por el propio conductor, sino porque es la imagen de la empresa la que está en juego.
Lo que estas empresas buscan son conductores educados, con buena presencia y con un coche impecable. No es el conductor el que se crea una imagen, sino que trabaja para crear la de la empresa. No es un autónomo que trabaja por cuenta propia, sino un autónomo que trabaja por cuenta ajena.
El conductor y el coche son los únicos dos elementos con los que el cliente interactúa sin estar tocando una pantalla. Su satisfacción es vital para que ese cliente quiera repetir y recomiende a su entorno el uso de este servicio. Tan importante es la valoración del conductor y su coche que cuando finaliza la app cada cliente valora de forma secreta el servicio que acaba de recibir, y esas valoraciones pueden afectar a la retribución final.
Lo que dicen las empresas
Con respecto a la huelga que se ha proyectado para hoy, nos encontramos con distintos tipos de comunicados en función del lado del espectro al que nos enfrentemos. Por ejemplo, para Uber la legislación española protege al sector del taxi, tal y como ellos mismos han publicado en su blog corporativo en España:
¿Cuántas veces nos habéis preguntado por qué uberPOOL no funciona en España? ¿O por qué Barcelona no tiene Uber? La respuesta es sencilla: la ley española de transporte protege al sector del taxi en contra del interés de todos. Sí, el famoso ratio 1:30, lejos de ser el problema del taxi, es su mejor arma para mantener sus privilegios.
Además, y tal y como se ha podido ver en redes sociales esta misma mañana, la compañía ha enviado un comunicado a sus clientes, algo que ha resultado del agrado de algunos usuarios:
Gracias @Uber_ES, esto sí es un SERVICIO (newsletter incluída) profesional y legítimo #elfuturodelamovilidad pic.twitter.com/Ab6QsivcD2
— alverto sanchez (@heyalver) 29 de mayo de 2017
Entre otras cosas, en el comunicado que los clientes han recibido se puede leer lo siguiente:
Nosotros creemos que la movilidad en las ciudades españolas tiene que cambiar radicalmente. Y es por ello que recientemente presentamos el informe “Impacto socioeconómico de la liberalización de las VTC” en el que defendemos la necesidad de modernizar la ley de transporte española para reducir los precios del transporte urbano, crear miles de puesto de trabajo y favorecer ciudades más sostenibles.
Sobre las conclusiones del estudio, de nuevo en el mismo artículo del blog corporativo de Uber podemos leer lo siguiente:
El estudio ofrece datos muy reveladores. El primero, el monopolio del taxi nos cuesta a todos los españoles 603 millones de euros al año, lo que se traduce en que pagamos 5 euros más de media por trayecto de lo que pagaríamos en un mercado libre en el que el taxista no tuviera que compensar el precio que ha pagado por la licencia. Un precio que ha pagado a otro taxista que ya amortizó su inversión. Y que cobrará de otro taxista cuando quiera dejar la actividad.
El estudio concluye que, con la liberalización del sector de las VTC, el precio del transporte urbano se reduciría en un 35% y en un 50% con la introducción del carpooling. Por ejemplo, un trayecto desde Colón hasta la T4 del Aeropuerto de Madrid costaría entre 10€ y 12€ en uberPOOL.
No obstante, han perdido la primera batalla. Este mismo mes sabíamos que la Unión Europea considera a Uber como una empresa de transporte y no un simple intermediario, algo que alegaron en su primera defensa antes del cierre cautelar que les obligó al cese de sus actividades en España.
En aquel momento Uber dijo que ser considerados un medio de transporte "no cambiaría la operativa que actualmente tenemos en la mayoría de países de la Unión Europea", ya que la interpretación del tribunal se hizo sobre UberPOP.
En lo que respecta a Cabify, desde un comunicado de prensa la empresa insiste en que el taxi no es su competidor, y que el servicio que ofrece es legal:
Cabify reitera, una vez más, que opera de forma legal a través de licencias VTC y, como tal, su actividad está sujeta a la regulación local y al número específico de licencias disponibles.
Además, a tenor de los hechos acaecidos en Sevilla que comentábamos al principio del artículo, la empresa se queja de que sus trabajadores "se encuentran intimidados por el simple hecho de ejercer su derecho al trabajo".
Y en lo tocante al pago de impuestos, desde Cabify comentan lo siguiente:
Cabify tiene su empresa matriz original en Delaware (EE.UU.), debido exclusivamente a su etapa inicial. La empresa recibió su primera ronda de financiación en 2011 por parte de inversores americanos en Silicon Valley, y uno de los requisitos para cumplimentar el acuerdo era tener una sede fiscal en EE.UU. De hecho, toda startup o empresa que tenga inversión proveniente de Estados Unidos usa una matriz en el continente americano con el fin de dar mayor tranquilidad y transparencia a los inversores locales. La elección de Delaware se debe a que es el estado norteamericano con mejores ventajas fiscales, por eso la mayoría de las startups ubican su sede fiscal allí. Dicho esto, a día de hoy la gran mayoría del capital es de accionistas españoles. Con independencia de la matriz original, en España Cabify opera a través de Maxi Mobility Spain SL, con la que cumple con todos los requisitos fiscales pertinentes, pagando el 100% de los impuestos correspondientes en España, a través de la facturación del 100% de los trayectos (no solo la comisión por cada servicio).
En cuanto al otro lado del espectro, desde myTaxi nos han hecho llegar un comunicado de prensa mucho más breve que lo que se han explayado las empresas de alquiler de vehículos con chófer:
Debido a la huelga convocada por el sector del taxi, mytaxi no podrá garantizar el servicio mañana martes. Una vez finalice el parón, el servicio volverá a su normalidad.
Lamentamos las molestias que podamos ocasionarte.
No sabemos cómo se va a resolver este conflicto. El año pasado nos llegaban noticias de que el sector del taxi se unía contra Uber también en el mundo digital, pero lo que sí está más o menos claro es que va a haber culebrón para rato.
En Motorpasión | Lo de hoy en Madrid no es una huelga, es un cierre patronal del taxi contra la "competencia desleal de Uber y Cabify"
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