Con la llegada de Google Music al panorama, la mayoría de las grandes compañías (falta Apple) ya tienen en marcha sus tiendas de música: Amazon con su Cloud Player, Grooveshark, Napster, Spotify, AudioGalaxy, YesFM, Napster, Gatunes… vimos algunas de ellas en una comparativa tras saber las limitaciones que impuso Spotify en sus cuentas gratuitas.
Pero aunque todas estas compañías y servicios hayan acogido la nube para basar en ella sus nuevas tiendas musicales, cada una de ellas tiene diferencias en sus conceptos. No son muy grandes, pero pueden llevar a los usuarios a decidirse entre un servicio u otro. Echemos un vistazo a cada uno de estos conceptos, y veamos si se nos ocurren algunas formas de mejorarlo.
<h2>Subir tus propias canciones para escucharlas donde y como queramos</h2>
El primer modelo que vamos a ver es el que más se está adoptando: subir la música que tenemos almacenada en nuestros ordenadores para después reproducirla desde donde queramos aunque no tengamos espacio en el dispositivo (y al servicio no le importa de donde vienen esos archivos MP3). Este modelo se puede probar en el reciente Google Music y en AudioGalaxy entre otros.
Hay algunos inconvenientes con este tipo de servicios: primero hay que subir todas nuestras canciones a los servidores de la compañía, cosa que dependiendo del tamaño de nuestra biblioteca musical puede ser una tarea larga y pesada. Escuchar las canciones en streaming consume una cantidad de datos tremenda, con lo que tampoco hay que abusar de ello si estamos en una conexión 3G y no queremos sorpresas desagradables en nuestras facturas (aunque servicios como Google Music guardan inteligentemente las canciones en caché para ahorrar consumo).
<h2>Sube tus propias canciones, pero compártelas con todo el mundo</h2>
Este modelo expande un poco más el anterior: toda la música que subimos queda disponible para todos los usuarios del servicio, de modo que con casi total seguridad seguro que la música que buscas ya está presente en los servidores. El servicio que usa este modelo es Grooveshark, y es un modo de distribución que no gusta nada a las compañías y a la industria (de ahí que las aplicaciones móviles de esta compañía hayan sido retiradas por Apple y por Google)
Pero hay más inconvenientes: al dar completa libertad a los usuarios para subir las canciones que quieran éstas se repiten multitud de veces, los metadatos de la canción están mal colocados… es como una habitación desordenada.
<h2>Sube tus canciones, pero si nos las has comprado a nosotros te lo puedes ahorrar</h2>
Amazon Cloud Player incluye un curioso modelo: puedes subir tu música a sus servidores integrados con Cloud Drive, pero si esa música la has comprado en Amazon MP3 entonces no hace falta que la subas: ellos mismo ya te permiten reproducirla desde sus servidores sin que tú gastes espacio. Es una muy buena idea, que incluso anima a los usuarios a comprar los MP3 de Amazon (que casualmente han bajado de precio) para así no consumir el espacio de Cloud Drive. Aquí volvemos a un concepto cerrado, de modo que la música que subes sólo la puedes escuchar tú.
<h2>No subas nada, nos encargamos nosotros</h2>
La solución al desorden que comentábamos con el caso de Grooveshark pasa por darle el control de la biblioteca musical del servicio al propio servicio, como pasa con Spotify. No podemos subir nuestras propias canciones, pero contamos con un gran catálogo perfectamente organizado de canciones para buscar. Más rápido, limpio y eficaz.
El modelo de Spotify, además, incluye la función de descargar algunas canciones con alguno de sus planes de pago o si tenemos algún iPod sin conexión a internet. Estas descargas ayudan a no consumir ancho de banda excesivo cuando usemos nuestras conexiones 3G, aunque hay bastantes usuarios a los que no les gustan los precios a pagar para poder hacerlo.
<h2>¿Qué modelo es mejor? ¿Qué va a hacer Apple?</h2>
Ahora mismo la tienda musical más usada es la iTunes Store, que sigue con un modelo “tradicional” de descargas y sincronización entre dispositivos a pesar de la buena cantidad de rumores que sugieren una remodelación en cualquier momento. Desconocemos la estrategia que adoptará Apple para la transición a la nube, pero lo que seguro que sabemos es que la compañía de Cupertino está inmersa en profundas negociaciones con las discográficas para acordar licencias (algo han conseguido ya con Warner). Otros servicios como Google han elegido no negociar nada de nada, y eso puede acarrearles problemas en un futuro.
En cuanto a qué modelo es el mejor para nosotros, depende sobretodo de nuestras costumbres al usar los dispositivos y por lo tanto varía entre cada persona. La misión de todos los servicios que luchan por el primer puesto en este nuevo mercado es encontrar un modelo de distribución que nos guste a la gran mayoría, y a un precio asequible.
Imágenes | Fe Ilya, cyanocorax, joanna8555 y Andrew