"Por primera vez se reconoce la existencia de startups como una categoría especial y les damos herramientas para combatir en la batalla mundial del talento", explicó Carme Artigas, secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, durante la presentación de Ley de Fomento del Ecosistema de las Empresas Emergentes (PDF), ya universalmente conocida en el sector como la 'Ley de startups'.
Una ley que fue aprobada ayer en el Congreso de los Diputados y que, de ser aprobada en el Senado (lo que es más que esperable) entrará en vigor el 1 de enero de 2023 (o el próximo ejercicio fiscal, en el caso de las medidas fiscales).
Esta nueva norma define por primera vez qué es una startup, implementa reducciones fiscales y simplificaciones burocráticas que el sector llevaba pidiendo desde hace años, y además busca atraer talento (y tributación) otorgando beneficios fiscales a trabajadores extranjeros.
¿Qué es una startup?
La nueva ley considera 'startup' a una empresa de nueva creación y con sede social en España que cumpla con los siguientes cuatro límites:
Temporal: De no más de cinco años de antigüedad (o hasta siete en el caso de empresas del sector industrial, energético o biotecnológico, o bien que se hayan creado como resultado de una investigación científica).
De origen: No puede haber surgido de una fusión, escisión o transformación de empresas no consideradas a su vez startups.
Económico: No debe haber facturado más de 10 millones de euros, no distribuir dividendos ni cotizar en mercados regulados.
Laboral: Al menos el 60% de la plantilla debe estar contratada en España.
Además, la startup deberá presentar un proyecto de negocio "innovador", lo que se define en los siguientes términos: "resolver un problema o mejorar una situación existente mediante el desarrollo de productos, servicios o procesos nuevos o mejorados".
¿Cuándo deja de ser startup una startup?
A ojos de la ley, una empresa dejará de ser reconocida como startup en nuestro país, bien cuando vulnere los límites antes mencionados (por llevar más de 5 años en activo o por empezar a distribuir dividendos, por ejemplo) o bien si:
- Es adquirida por otra empresa no-startup.
- Si lleva a cabo una actividad que genere "un daño significativo al medio ambiente".
- Si sus administradores o socios (con una participación del 5%, como mínimo, del capital social) son condenados por algún delito.
¿Qué ventajas fiscales tendrán las startups?
Reducción del Impuesto de Sociedades: Durante el primer ejercicio en el que la base imponible sea positiva, y durante un máximo de cuatro años, el tipo general se reducirá del 25% al 15%.
Aplazamiento de deudas tributarias: Tanto el IS como el IRNR (Impuesto sobre la Renta de No Residentes) podrán aplazarse en los dos primeros años en que la base imponible sea positiva. El aplazamiento se concederá (sin devengo de intereses de demora) durante 12 y 6 meses, respectivamente.
Reducción de impuestos por invertir: Un inversor que apueste por empresas emergentes verá incrementados tanto la base máxima como el tipo de deducción (de 60.000 a 100.000 € anuales, y del 30% al 50%, respectivamente).
Aumento de la exención de 'stock options': El importe de la exención de tributación anual en el caso en que la startup recurra a las 'stock options' como forma de remuneración ascenderá desde los actuales 12.000 euros a los 50.000.
También habrá ventajas fiscales para favorecer la atracción de nómadas digitales, pero eso lo analizaremos en su propio apartado.
¿Cómo pretende atraer a los nómadas digitales?
La ley define a los nómadas digitales como aquellas personas "cuyos empleos les permiten trabajar en remoto y cambiar de residencia habitualmente". A partir de ahora, tendrán la posibilidad de vivir y trabajar en nuestro país durante cinco años, y les será aplicable el Impuesto sobre la Renta de No Residentes (vía creación de un régimen tributario especial que relaja a 5 años el requisito de no haber residido previamente en nuestro país).
Además, la norma instaura un nuevo tipo de 'visado para el teletrabajo' que permite a los teletrabajadores extranjeros entrar y vivir en nuestro país durante un máximo de un año.
Los inversores y 'freelance' extranjeros que trabajen para startups españolas podrán acogerse al régimen de impatriados (siempre que el 40% de su facturación sea para estas empresas, tributarán el IRPF al 24%).
¿Cómo se agilizan los procedimientos burocráticos?
El reconocimiento de las empresas como startups quedará en manos de la Empresa Nacional de Innovación (ENISA); además, en estos casos se aplicará el silencio administrativo positivo si no hubiera respuesta.
En caso de que los inversores en una nueva startup fueran no residentes, no existirá la obligación de obtener el número de identificación de extranjeros (NIE), sólo el de identificación fiscal (NIF).
Imagen | Per Lööv
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