Sus dedos regordetes recorren con agilidad la pantalla de la tableta y, sin vacilar, pulsa con su diminuta yema en otro episodio recomendado. Una elefanta del magenta más intenso le da la bienvenida, y Pato, Loula y Pajaroto no tardan en unirse a la fiesta. Sus pequeños ojos, ahora bien abiertos, siguen todos sus movimientos.
Que una de las series infantiles más populares entre los benjamines de la casa es Pocoyó es una realidad a la que la compañía ha tratado de sacar partido mediante el lanzamiento de toda clase de productos. Sin embargo, su tipo de público -la generación millenial- y fruto del incremento de los dispositivos portátiles y la mejora de los smartphones, les ha llevado a apostar YouTube. Un canal al que hoy mismo ha añadido nuevos capítulos “en exclusiva”.
La apuesta de Zinkia
Sí, porque Zinkia acaba de publicar un comunicado en el que asegura que su exitoso personaje estrenará episodios. Pero no lo hará en televisión, donde el último capítulo se emitió en diciembre de 2010, sino que apostará por la plataforma que lo ha mantenido vivo desde entonces: YouTube.
En concreto, la tropa de amigos animados volverá con 26 historietas en las que nuestros pequeños tendrán la posibilidad de disfrutar de nuevas aventuras educativas. Una exclusiva que no nos extraña, especialmente si tenemos en cuenta que actualmente Pocoyó es una marca capaz de generarle a Google la cifra nada desdeñable de 27 millones de minutos de visualización mensuales.
Unos números que incluyen 7 millones de reproducciones diarias y hasta 3,9 millones de suscriptores. España sigue siendo el país con mayor número de seguidores, seguido por Brasil, el Reino Unido, Mexico y los Estados Unidos. Además, existirá la posibilidad de ver los capítulos en varios idiomas de manera simultánea -español, español neutro, inglés y portugués brasileño- y en formato multipantalla.
En todo caso, la iniciativa tiene lugar después de que el pasado octubre y fruto de la guerra entre dos de sus máximos accionistas –José María Castillejo y Miguel Valladares- consiguiera saldar algunas de las deudas que la llevaron a la bancarrota. Una vuelta a la producción que podría iniciar una remontada y que se ha llevado a cabo con la “mayor de las exigencias”.
“El alcance de este nuevo contenido de Pocoyó requiere de nuestros creativos un nivel de exigencia muy alto porque es vital para nosotros seguir sorprendiendo a nuestra audiencia y a las futuras generaciones que puedan seguir disfrutándola. Queremos reforzar la esencia de la serie y dar un paso más en nuestro objetivo de entretener a los niños mientras compartimos con ellos los valores educativos más importantes”, ha asegurado el presidente de Zinkia, José María Castillejo.
¿Un cambio de negocio?
Sin embargo y tal y como apuntábamos al inicio de este artículo, la apuesta de Zinkia no es única en su especie, sino que son muchas las productoras que se están sumando a esta clase de prácticas. Mediapro y Endemol, por ejemplo, son algunas de las más relevantes. En cuanto a esta primera, no podemos evitar comentar que, de hecho, el canal de LaLiga recibió recientemente el Botón de Oro de YouTube, concretamente tras superar el millón de suscriptores.
Respecto a Endemol, también fue de las primeras en crear cuatro canales de contenido específico para este canal digital. ¿Su objetivo? Crear un nuevo nicho de mercado. Tuiwdok Estudios fue el nombre que le dio a su apuesta. Una realidad que no sorprende si tenemos en cuenta las técnicas más tradicionales, en las que estas empresas se encuentran sujetas a los “caprichos” de las cadenas -supuestamente, las responsables de hacerles populares- y se ven obligadas a pagarles un porcentaje de los beneficios obtenidos del merchandising o similares.
Un tipo de acuerdo que podría llegar a cambiar, y un modelo de negocio que, sin duda, está experimentando un cambio. Especialmente tras la incursión de plataformas como Netflix, Hulu y Amazon , que han contribuido a revolucionar el panorama y la forma en que consumimos contenidos, ahora más allá del televisor, sin horarios ni anuncios. Una tendencia que solo puede ir en aumento y a la que las distintas cadenas deberán adaptarse (aunque la mayoría ya lo está intentando).
De hecho, tal es así, que ya a finales de noviembre, un informe publicado por el Business Insider Intelligence analizó, precisamente, cómo el crecimiento de los servicios bajo demanda estaban cambiando el futuro del entretenimiento audiovisual; un documento que mostraba la influencia que esta clase de servicios están ejerciendo con los canales de pago, de capa caída.
Un debate que, sin embargo, no es nuevo, especialmente en los Estados Unidos. De hecho, fue allí donde, ya en 2008, las productoras empezaron a aliarse con YouTube. Una de las pioneras fue Liongate, que firmó un acuerdo con los de Mountain View para crear un canal exclusivo donde se exhiben sus películas y series –como Mad Men y Weeds, entre otras- y que se inició con la premisa de “aliarse contra el enemigo”.
“Puedes aplicar la estrategia de luchar en una guerra interminable tratando de acabar con YouTube o puedes aplicar la estrategia de aceptar el hecho”, comentaba entonces Curt Marvis, presidente de medios digitales. Un punto de vista compartido por la gran mayoría en la actualidad y que supo adelantarse a su tiempo. La Metro Godwyn Mayer y otras, sin embargo, tardaron un poco más en actuar.
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