Si recordáis, ayer mismo hablábamos de la venta por 425 millones de dólares de Trello, una webapp orientada a la productividad que funciona como un tablero en el que los usuarios cuelgan tareas para organizar desde su vida cotidiana, a asuntos que tienen que ver con su trabajo diario. La compradora fue Atlassian, que gestiona proyectos como HipChat, un cliente de conversación para equipos de trabajo similar a Slack con mucho tirón en entornos coporativos.
En cualquier caso, el nombre de Trello puede no significar lo mismo para todos los usuarios. Es por eso que nosotros hemos pensado que vale la pena explicar bien qué es exactamente, de donde viene y qué ha supuesto su irrupción en el mundo de la productividad, donde ha sentado cátedra.
Pero antes de hablar de nada más, empecemos la historia por el principio. Trello se presentó en un evento de TechCrunch en 2011, ganándose rápidamente el favor de publicaciones como Wired o Lifehacker en el proceso. Desde su presentación su base de usuarios no ha parado de crecer, y actualmente cuenta con un millón de usuarios activos al mes y 19 millones de usuarios registrados.
¿Cómo funciona Trello?
Básicamente, Trello funciona como un tablero donde se cuelgan listas de ítems. Estos ítems pueden ser desde cosas que debemos recordar, pasando por tareas que tenemos que completar o por cualquier cosa que tengamos que llevar a cabo en un día. En cierto sentido es equiparable a aplicaciones como Todoist o Wunderlist, pero con una funcionalidad extendida.
Las tareas que colgamos en cada tablero se muestran en forma de tarjetas. A estas tarjetas podemos añadir imágenes, etiquetas, enlaces e incluso archivos de Office o PDFs como adjuntos a cada una, en caso de que sea necesario. Las etiquetas son especialmente útiles, ya que ayudarán a distinguir en un vistazo a qué ámbito pertenece cada tarea gracias a su código de colores.
En cierto sentido su flujo de trabajo tiene que ver con el método Getting Things Done o GTD: Trello intenta despejar nuestra mente haciéndonos pensar en cuál es nuestro trabajo actual e intentando que abordemos una tarea cada vez, de forma que nos podamos concentrar en acabar una cosa antes de pasar a la siguiente.
Cuando se trata de un tablero colaborativo para, por ejemplo, la elaboración de un proyecto de trabajo, es posible asignar un miembro del proyecto a cada tarjeta, de forma que las funciones de cada uno queden mucho más claras. Así todo el mundo sabe de qué tiene que ocuparse, y nadie se pierde.
Además de esto, se puede habilitar la integración con distintos servicios de Internet (los llamados power-ups de Trello) como Dropbox, Google Drive, GitHub, Slack o Twitter. Esto es especialmente útil en proyectos colaborativos, ya que se puede tener un mejor seguimiento de las tareas que se crean, de quién se las asigna o de los archivos que se comparten entre los usuarios. Incluso permite añadir tarjetas a través de correos electrónicos si configuramos el tablero para ello.
Vale la pena señalar que usar el servicio básico y registrarse es totalmente gratuito, si bien hay algunas funciones de pago que tienen que ver con asuntos de customización de los tableros. Hablamos de fondos personalizados, paquetes de stickers para las tarjetas y etcétera, con lo que muchos usuarios con la versión gratuita tienen más que suficiente.
¿Por qué Trello vale millones?
Al principio del artículo comentábamos que la empresa Atlassian había comprado Trello por 425 millones de dólares. No debemos olvidar que la empresa tras esta herramienta de productividad es una startup pequeña, pero que aún así ha conseguido tener una base de usuarios devota que la ha hecho crecer.
El principal modelo de negocio de Atlassian es crear software que ayuda a los programadores a crear otro software. También cuentan con su propia herramienta de gestión de proyectos, y sin embargo, Trello inspira el mismo tipo de devoción que aplicaciones como Instagram o Pinterest a pesar de estar orientada al mercado profesional.
Esto significa que quienes la usan lo hacen porque quieren, no porque alguien le haya vendido a la empresa para la que trabajan un software de productividad a través de un contrato de exclusividad. En Atlassian admiran este tipo de éxito, y saben que es algo muy difícil de replicar.
Puede que 425 millones de dólares parezca una barbaridad a la hora de comprar una startup pequeña, pero los analistas esperan que su valor de mercado alcance los 28.000 millones de dólares en 2020. En palabas de Melissa Incera, analista de 451 Research:
El precio podría haber subido significativamente en los años que están por venir, sobre todo si la empresa mantiene el ratio de crecimiento que han tenido hasta ahora.
Hay que tener en cuenta que Trello compite de tú a tú con otras aplicaciones que sirven para los mismos propósitos, como la no menos célebre Asana. Las dos son prácticamente iguales, sirven para casi lo mismo, pero Trello acaba siendo la preferida de los usuarios por su interfaz fácil de usar. Asana, a pesar de ser otra gran aplicación, tiene una curva de aprendizaje algo más elevada que no todo el mundo quiere asumir.
Actualmente más de 19 millones de personas usan Trello, pero es que en agosto de 2014 la plataforma contaba con 4,5 millones de usuarios según la propia empresa. Ese ratio de crecimiento tan rápido es lo que acaba atrayendo la atención de los inversores.
La alineación empresarial de Atlassian
Con su última aquisición, Atlassian no sólo ha comprado la empresa, sino que el producto y el equipo que lo ha desarrollado por una cantidad mucho menor que si esperase un par de años más. Viendo lo que está pasando con Trello, desde luego ha sido una jugada inteligente.
La empresa, por cierto, seguirá ofreciendo Trello como servicio independiente. Todo va a ser más o menos igual que siempre, pero con la salvedad de que el equipo de Atlassian ahora se compone, además, del grupo de personas responsables de la herramienta de productividad, o eso es lo que comentaba el cofundador de los compradores en su blog corporativo.
Por lo que parece van a dejar que Trello siga su propio camino a pesar de encontrarse bajo su paraguas, lo que no deja de ser una buena noticia. Después de todo, ¿para qué cambiar algo que ya funciona bien?
Con la adición de la herramienta de organización personal, la alineación de productos de la compañía queda en 13 productos entre los que destacamos dos: JIRA y HipChat. Para quienes no los conozcan, JIRA es una herramienta de gestión de proyectos similar a Trello y HipChat es la competencia directa de Slack. O lo que es lo mismo, conversaciones entre grupos de trabajo.
JIRA va a seguir funcionando como una herramienta GTD independiente sin interferir con Trello, mientras que HipChat va a seguir compitiendo con Slack. Por ahora este último es el preferido de los usuarios, pero teniendo en cuenta que el producto de Atlassian ya no se restringe a usuarios de pago desde hace unos años, la competencia por la mensajería corporativa seguramente irá ganando en fuerza y en crudeza.
Un tercer producto que podemos destacar como "estrella" de esta empresa es el repositorio BitBucket, que compite directamente con GitHub. El soporte para Mercurial lo convierte en una elección mejor que GitHub para quienes aún lo usan, ya que en el repositorio open source es más difícil de implementar. Ahora bien, BitBucket ofrece planes de pago para acceder a más funcionalidades, mientras que GitHub lo ofrece todo gratis. Y aún así, los devs tienen argumentos válidos a favor de uno y otro.
En Genbeta | 9 formas de usar Trello para organizar casi cualquier cosa en tu vida
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