Entre los aficionados a la música, la curiosidad por saber qué canción está sonando (cuando ponemos la radio, estamos viendo la TV u oyendo de fondo un hilo musical) ha sido una constante a lo largo de los años.
Por eso, mucho antes de que aplicaciones como Shazam se convirtiesen en un recurso cotidiano, hubo un lejano tiempo en el que teníamos (bueno, nosotros no, sólo los británicos podían hacerlo) que llamar a un número de teléfono para resolver esa duda.
Aunque, en realidad, ese número de teléfono ya era Shazam. O al menos lo sería, varios años después. Empecemos por el principio...
No digas 'Shazam', teclea '2580'
En 2002, cuatro jóvenes emprendedores visionarios llamados Chris Barton, Philip Inghelbrecht, Avery Wang y Dhiraj Mukherjee, llevaban meses desarrollando una solución para aquellos momentos en que les consumía la frustración de no poder saber qué canción estaba sonando.
Fue entonces cuando lanzaron '2580', un servicio de reconocimiento de música basado en el uso teléfono móvil (que no del 'smartphone', que aún no existía, ojo).
El concepto era muy simple: los usuarios podían llamar al número 2580 (de ahí el nombre), sostener sus teléfonos cerca de la fuente del sonido durante unos segundos (la llamada se cortaba automáticamente tras medio minuto) y recibir a continuación un mensaje SMS con el nombre de la canción y el artista.
Simple, sí, pero esta tecnología (basada en la identificación de patrones de sonido únicos presentes en cada pista musical) fue pionera en su época; y se basaba en un algoritmo desarrollado por Avery Wang, uno de los cofundadores.
Sin embargo, 2580 tuvo que superar varios obstáculos antes de alcanzar el éxito masivo:
- Su precio: las limitaciones de las comunicaciones de la época suponían que cada consulta costara cerca de 1 £.
- Al principio, tuvieron dificultades para establecer acuerdos con las compañías discográficas.
Cuando, en 2008, se lanzaron las primeras tiendas de apps móviles (la App Store y Android Market), los responsables de 2580 decidieron relanzar su servicio como app, rebautizándolo como 'Shazam' y poniéndolo a disposición de una audiencia global.
El cambio permitió a los usuarios prescindir de costosas llamadas: en adelante, tocar un botón bastaría para identificar una canción.
Como dato curioso, su funcionalidad empezó siendo limitada, pues las primeras versiones sólo ofrecían reconocimiento de música clásica. El resto de géneros se fue incorporando poco a poco.
Hoy en día, Shazam es una de las apps más usadas del mundo, un impacto que aumentó cuando, al cumplir la primera década tras su relanzamiento, fue adquirida por Apple. Pero su historia es, ante todo, un testimonio del rápido desarrollo de la tecnología móvil.
Imagen | Captura de pantalla + logo actual de la app
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