Por mucho que pasen los años, la degradación existe incluso en los sistemas operativos más modernos. Tradicionalmente, desde el mundo de usuarios de Apple se ha defendido que, con buen mantenimiento todo seguirá funcionando como el primer día, pero los que tenemos un Mac sabemos que no es así. Apple no se salva del envejecimiento de macOS, y Microsoft tampoco.
Hoy vamos a contarte todo lo que los editores de Genbeta y Webedia hacemos para tratar de que Windows 10 y Windows 11 vayan como el primer día en la medida de lo posible. Como veremos, algunos optamos por medidas drásticas, que recuerdan a prácticas de hace década y media o más, pero que siguen siendo tan o más efectivas.
El camino de los pequeños ajustes
Esto es lo que hace en Windows Javier Pastor, editor de Xataka
Si no lo has hecho cuando lo instalaste la primera vez, una buena forma de optimizar el funcionamiento de Windows es evitar que cosas que no uses estén en segundo plano. En mi caso no soy muy amigo de los antivirus de terceros —aunque pueden ayudar, sin duda— y suelo desinstalarlos porque Windows Defender me parece muy buena opción por sí sola.
Otra de las cosas que pueden ayudar es deshabilitar el inicio automático de servicios que realmente no usamos. En el gestor de tareas de Windows podemos ir a Detalles y luego a la pestaña 'Inicio', donde veremos qué aplicaciones se inician nada más arrancar el PC. Ahí es bueno hacer un repaso de cuáles servicios usamos y cuáles no para deshabilitar el inicio automático de los que no. Yo, por ejemplo, no uso OneDrive, así que lo deshabilito siempre.
Antonio Vallejo, editor de Genbeta, propone algo parecido a Javier:
Aunque cada vez los ordenadores son más capaces, siempre tenemos a nuestra disposición ciertos métodos para mantener correctamente nuestro equipo y alargar todo lo posible su vida útil. La descarga e instalación de aplicaciones y programas se nos puede ir a veces de las manos, y muchos de ellos se ejecutan al inicio sin previo aviso.
Para evitar esto en Windows es muy fácil, ya que tan solo tenemos que hacer uso del Administrador de tareas. presionando CTRL + ALT + SUPR abriremos de forma sencilla este menú que de tantos apuros nos ha sacado, y en la pestaña de 'Inicio' podemos comprobar cualquier proceso que se ejecuta al iniciar el sistema operativo. Cuantos menos tengamos mejor, ya que al sistema le costará menos arrancar. Tan solo basta con seleccionar aquel que no deseamos que se ejecute al inicio y marcamos la opción de 'Deshabilitar' en la parte inferior. De vez en cuando es recomendable echarle un ojo a este menú.
Antonio también nos recomienda no perder de vista los programas instalados:
Es inevitable que con el tiempo nuestro sistema se resienta, aunque siempre podemos hacer un uso sostenible del sistema si realizamos un correcto mantenimiento y dedicamos unos momentos a limpiar aquellos programas y aplicaciones que ya no tengan utilidad en nuestro equipo. Alguna vez nos puede pasar que al instalar alguna aplicación también se instale alguna extensión o programa no deseado (sin tener porque ser malware), y en este sentido, el Panel de control siempre es nuestro aliado.
Abriendo el Panel de control desde el cuadro de búsqueda de Windows, o a través del menú de inicio, podemos seleccionar la opción de 'Desinstalar un programa' dentro de 'Programas' y nos encontraremos con una lista de todos los programas instalados en nuestro equipo. Basta con seleccionar aquel que no deseamos tener más en nuestro ordenador y hacer clic sobre 'Desinstalar'. Filtrar por fecha también puede venir muy bien, ya que te permite saber si se ha instalado algo recientemente que no reconozcas.
José Alberto Lizana, editor en Genbeta, opta asimismo por esta vía:
En mi caso particular me interesa siempre tener la máxima velocidad posible e invertir los recursos de los que dispongo en mi PC con Windows 11 en los procesos más importantes. Es por ello que siempre tengo mucho cuidado con los procesos que se ejecutan en el inicio de Windows, desactivando todos aquellos que no son realmente importantes. Por desgracia, es bastante habitual que cuando instalas una aplicación nueva se active también su inicio automático y al final se provoca que Windows tarde más en ejecutarse y tengas programas activos sin saberlo. Es por ello que es vital siempre echar un vistazo a esta parte del sistema.
Otro punto a tener en cuenta para aprovechar al máximo Windows 11 es tener el mejor orden posible en todo el sistema operativo. Es una realidad que si cualquier persona se mete en su escritorio o sobre todo en la carpeta de descarga verá un gran caos. Esto aunque puede ser una tontería, es una carga para el sistema operativo y es mejor eliminar todo aquello que no estás usando. Algo similar aplico con los programas, donde siempre cuido de tener los justos instalados priorizando siempre aquellos más básicos.
La vía drástica
Por distintos motivos Yúbal y Marcos Merino optan por prácticas que personalmente, me recuerdan a las de la época de Windows 98 y Windows XP, Sí, hablamos de lo que popularmente conocemos como formatear, aunque ahora no se requiera técnicamente, puedes existen formas oficiales de restablecer Windows 10 sin perder archivos ni configuración. También puedes restaurar Windows 11 para conseguir lo mismo en el nuevo sistema.
Marcos Merino, editor de Genbeta, nos cuenta así por qué recurre a esta vía rápida, pero no tan cómoda:
Mi solución, sencillamente, pasa por formatear y reinstalar cada cierto tiempo. Parece un tópico, como lo de "si no funciona bien, reinicia", pero desde que soy usuario de Windows he podido comprobar que la mejor solución es 'empezar desde cero' cada 6-12 meses, y desde luego Windows 10 y 11 no han sido una excepción en esa tendencia.
Sencillamente, la estabilidad y/o el rendimiento del sistema se va degradando a medida que se van superponiendo nuevos programas y actualizaciones del sistema.
Por supuesto, trato de alargar todo lo posible el número de meses entre formateo y formateo, desinstalando (con programas como Bulk Crap Uninstaller) software que ya no necesito, controlando qué 'aplicaciones de inicio' permanecen activadas en la Configuración de Windows, etc. Pero eso sólo permite aplazar brevemente el momento del 'borrón y cuenta nueva'.
Esto es lo que hace Yúbal Fernández, editor de Xataka.
En mi caso, suelo tomar una medida un poco radical. Lo que hago es que después de cada gran actualización de Windows o cada dos de ellas, restablezco el ordenador por completo. Sé que existen infinidad de métodos que puedes hacer para recuperar la velocidad, pero es que yo nunca suelo tener estos problemas porque restablezco por completo con asiduidad.
Evidentemente, todo tiene una explicación. En mi trabajo a menudo prueba nuevas aplicaciones y hago todo tipo de cambios de configuración que no siempre recuerdo revertir, y luego se va acumulando y honestamente me da un poco de pereza ponerme un día y ponerme a hacerle mantenimiento a Windows. Es más rápido restablecer. Teniendo en cuenta que la mayoría de apps ya centralizan contenidos y configuraciones en tus cuentas de usuario, y que las copias de seguridad de Windows ayudan bastante, esto no es una tarea demasiado complicada ni traumática, sobre todo porque todo lo importante como las fotos las tengo siempre guardadas en la nube.
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