Instalar Arch Linux es algo comparable a construir tu propia casa. Tienes que excavar los cimientos, levantar las paredes, construir los techos, instalar la fontanería y la electricidad... Y luego todo lo que falta. En pocas palabras, Arch Linux no es comparable a cualquier otra distro, que instalas y está lista para funcionar con su escritorio y su lista de software base.
Tengo varios ordenadores en mi posesión: dos de sobremesa con Windows, uno de ellos en casa (que uso para jugar) y otro en mi estudio de grabación (que utilizo para mi otro trabajo diario). Además, tengo un ordenador portátil que me llevo a todas partes donde tengo instalado Arch Linux. En este portátil, por cierto, desarollo la mayor parte de mi trabajo como blogger. ¿Por qué? En pocas palabras, porque estoy enganchado. Creo que hay razones para considerarla como una de las mejores distros de la actualidad.
Vale la pena comentar que hasta hace pocas semanas en este ordenador usaba Ubuntu MATE porque siempre he tenido un cariño especial por GNOME 2, pero siempre acabo volviendo a Arch. Además, he utilizado otras distros como openSUSE, distintos sabores de Ubuntu, Elementary OS, Linux Mint, Debian... he probado muchas, pero para mi gusto Arch les lleva muchísima ventaja. ¿Por qué? Aquí están mis motivos.
Por la comunidad, para la comunidad
Este es uno de sus puntos fuertes. Se trata de un proyecto dirigido única y exclusivamente a los usuarios, no tiene que preocuparse por lo que quiere el mercado o sus clientes, lo que podría afectar a su desarrollo de formas muy, muy negativas.
Ni siquiera estoy seguro de que Arch tenga una estructura organizada. La distro sobrevive debido a los esfuerzos de muchas personas en la comunidad y el círculo de desarrollo principal. A ninguno de sus contribuidores se les paga por su trabajo, y dependen de los esfuerzos de los usuarios, y de ciertas instituciones como RedIRIS en el caso de España, para mantener sus servidores _up-and-running_.
Lo que sí tienen es un gestor de paquetes propio (Pacman) y repositorios oficiales para los componentes principales del sistema, pero más allá de eso es todo de la comunidad, para la comunidad. Y esto lleva bastantes años funcionando bien, doy fe de ello.
Arch Linux no parchea nada. Se parece en este sentido a una experiencia con Android puro y duro, donde usas lo que se ha desarrollado. Cuando instalas y usas un paquete no ha sido ajustado por el equipo de desarrollo de la distro, sino que te llega tal y como se liberó.
Un enorme repositorio de software
Aún no he encontrado un sólo paquete que esté disponible para otras distribuciones Linux y que no lo esté para Arch Linux a excepción, quizá, de ciertos paquetes específicos de algunas distros. La responsabilidad de esto la tiene el Arch User's Repository o AUR.
Este repositorio lo mantienen los usuarios, y a través de él se pueden instalar y compilar paquetes desde el código fuente, usando gestores específicos como Yaourt. Y estos gestores se usan de la misma manera que el principal. Supongamos que queremos instalar el paquete chromium-browser
disponible en el repositorio propio de Arch Linux. Para ello usaríamos el siguiente comando:
sudo pacman -S chromium-browser
Ahora, imaginemos que queremos instalar Google Chrome usando Yaourt:
yaourt -S google-chrome
Cuando instalamos un paquete del AUR no tenemos que proporcionar la contraseña administrativa, a no ser que el proceso de instalación nos la solicite más adelante (que lo hará). Cualquier programa que se aloje en este repositorio se puede instalar usando esta fórmula, sin añadir PPAs ni nada parecido.
Además, los PPA de Ubuntu no tienen una función de búsqueda centralizada. La verdad es que openSUSE, a través de software.opensuse.org, implementa el sistema de búsqueda de cualquier programa de forma más eficiente, pero no hay forma de hacerlo e instalarlo desde la terminal. El AUR cuenta con la búsqueda centralizada y, además, permite instalar cualquier programa que busquemos desde la terminal.
Casi todos los entornos de escritorio a tu disposición
Todos sabemos que muchas distribuciones Linux cuentan con un escritorio predefinido: Ubuntu tiene Unity, Linux Mint cuenta con Cinnamon, openSUSE con KDE... Y aunque se puedan instalar otros entornos gráficos, tienden a provocar conflictos que malogran la experiencia de uso. Lo he intentado con Ubuntu, pero siempre termino con un escritorio que no acaba de funcionar.
Con Arch tengo XFCE, LXQT, Budgie y Deepin (escritorios ligeros, no es una máquina muy potente la pobre) instalados en una sola máquina y no he tenido un solo problema. Es cierto que en los sistemas basados en Ubuntu sí suele haber más problemas debido a que tienen componentes basados en GNOME, que suelen crear conflictos. Otras distribuciones, sin embargo, toleran la convivencia de distintos entornos gráficos sin problema.
Control total para el usuario
En la filosofía de Arch Linux, el usuario tiene el control. No hay intermediarios. No hay una agenda empresarial u objetivos que cumplir tras el proyecto. Como eres tú el que lo construye todo desde cero, puedes elegir los componentes que tendrá el sistema y que crees que te darán una experiencia de uso óptima. Y como los desarrolladores no parchean nada, lo que obtienes es una experiencia de uso pura.
Eso es lo que significa que Arch Linux sea personalizable: la auténtica personalización va mucho más allá de hacer que el sistema tenga mejor o peor aspecto, se trata de hacer que el sistema sea justamente lo que el usuario necesita. Ni más, ni menos. Resumiendo: Arch será lo que tú quieras que sea. Y en mi humilde opinión eso es algo muy bueno.
Aprender lo que es Linux, desde cero
Debo decir que cuando empecé a sumergirme en el mundo de Linux con Ubuntu 9.10 Karmic Koala, la experiencia me gustó mucho pero no entendía cómo funcionaba el sistema. Era todo transparente al usuario, veía todos los pasos que la distribución daba cuando se actualizaba o cuando instalaba un paquete (algo que siempre me ha parecido muy positivo), pero no entendía el porqué.
Cuando a principios de 2012 me puse con mi primera instalación de Arch Linux (que me costó unas cuantas horas) de repente lo entendí todo: por qué el sistema de archivos se organiza como lo hace en lugar de creérmelo porque sí, qué era el dichoso asunto de las dependencias que Ubuntu resolvía por mí, qué paquetes de un escritorio me interesan de verdad y cuáles no, me tocó editar archivos de configuración a mano... En esas horas de instalación y configuración aprendí mucho.
Ahora ya llevo unas cuantas instalaciones de Arch a las espaldas, incluso en alguna ocasión he optado por el camino fácil y he instalado Manjaro Linux, aunque en la actualidad ISOs como Arch Anywhere facilitan mucho el proceso de tener Arch Linux puro y duro en tu máquina.
Ahora bien, tal y como algunos de vosotros ya dijisteis en algunos comentarios sobre el artículo de Arch Anywhere, Arch Linux es para aprender. Usar los scripts automáticos de instalación pueden hacer que el sistema pierda su esencia más pura, de acuerdo, pero perder un fin de semana leyendo la guía de instalación de la wiki no está al alcance de todo el mundo.
Conclusiones
Como decía el anuncio aquel, "cuando haces pop, ya no hay stop". Esa ha sido mi experiencia hasta ahora con Arch: voy y vuelvo mucho (padezco de un síndrome conocido como distro-hopping), pero esta distribución sigue siendo siempre mi primera opción. Es lo bueno de Linux: puedes probar las distros que quieras y volver a alguna concreta si te gusta más que otras.
Te enganchará porque te da un sistema sin bloatware y totalmente personalizado. Te encantará lo fácil que es instalar programas, y te encantará que siempre puedas tenerlo al día gracias a su modelo rolling release. Te encantará que sus foros sean tan activos y que siempre puedas encontrar una solución a un problema buscando un poco. Personalmente, esto es lo que yo quiero como usuario de Linux.
Dicho esto, Arch no es para todo el mundo. Cuesta mucho instalarlo y dar los pasos necesarios para ello, y hay que tener ganas de aprender y de esforzarse para lograr que funcione (tampoco está de más contar con la ayuda de una persona con conocimientos de Linux en esa primera experiencia). Ya lo dije en otro artículo: mi primera instalación duró ocho horas, conmigo leyendo la wiki y yendo muy, muy despacito, pero cuando lo conseguí la sensación de victoria y satisfacción fue inenarrable.
Arch Linux es para aquellos que quieran invertir tiempo en tener una distribución Linux robusta. Debido a su filosofía, aprenderás mucho en el proceso. Sobre todo, los aspectos básicos sobre cómo funciona un sistema Linux. Y una vez lo hayas hecho, todo lo demás será coser y cantar. Si estás dispuesto a hacer todo eso, entonces no lo dudes: instala Arch Linux desde cero.
Si te pica la curiosidad pero no te atreves, entonces puedes probar con la ya citada Manjaro o con Antergos, que está recibiendo críticas muy positivas. Arch Linux es un mundo que vale la pena descubrir, y te animo a que en algún momento intentes instalarlo en su forma más pura.
Imágenes | painlessrob, kant-o
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