Sin duda una de las noticias de este año es el cierre definitivo de Google Stadia, que sigue engrosando su cementerio de servicios que no han terminado de funcionar tras su lanzamiento. El problema que se ha presentado en este caso es que los juegos que la gente adquirió de manera online para jugar en streaming ha quedado en un limbo. Esto hace que se vuelva a abrir el debate de la necesidad de tener juegos físicos, y que nunca se van a perder, o si el streaming se va a perder.
Los servicios de videojuegos online sin duda se han afianzado en nuestro día a día, con grandes plataformas como por ejemplo Steam para el campo del ordenador, o las tiendas de cada una de las consolas del mercado. El problema es que a la hora de comprar una versión digital, es que en un futuro esta puede terminar desapareciendo como ha ocurrido con Google Stadia. Pero esto no es algo que ocurra con los juegos físicos.
Los juegos físicos vuelven al protagonismo
En la actualidad, los juegos físicos se han quedado relegados prácticamente a una cuestión de coleccionismo. No es cómodo tener que estar metiendo un CD en una consola para poder cambiar entre dos videojuegos, e incluso ya la mayoría de ordenadores no cuentan con una unidad de lectura de CDs. Prima la inmediatez de cambiar entre dos juegos que están almacenados online. Esto se debe a la gran confianza que hemos depositado en servicios como Steam que se han ganado la confianza de muchas personas.
El problema que se presenta es cuando alguna de estas empresas sobre la que hemos depositado toda la confianza para comprar un juego y almacenarlo en sus servidores acaba quebrando y desapareciendo. En el caso de Google Stadia han anunciado que van a devolver el dinero a todos los usuarios que hayan adquirido un juego en su tienda online. Pero podrían no haberlo hecho así, ya que al final se pagó por un servicio que has podido disfrutar.
Esto no ocurre con los juegos físicos donde al comprarlos te entregan una copia en un CD o en un cartucho para poder usar en la consola, aunque ya no reciba más soporte a través de actualizaciones de software. De esta manera no estás comprando algo que está en un servidor de manera inerte, sino que lo tienes en tu propia mano y lo vas a poder almacenar y jugar dentro de 20 años sin mucho problema. Esto en el ámbito online está aún por ver si los juegos que comprases hace 20 años se van a seguir pudiendo disfrutar en el futuro.
Si bien, los juegos físicos no son perfectos y es por ello que apareció el mundo online. El hecho de que acumulen un espacio, que al comprarlo tengas que esperar unos días a que te llegue a casa o que en muchas ocasiones no puedan recibir actualizaciones lo hacen también una opción negativa de usar.
En definitiva, este cierre hace plantear si de verdad te encanta un juego merece la pena tenerlo en físico aunque ya lo tengas comprado de manera online. Esta es la mejor manera de hacer que perdure en tu biblioteca, y aunque pasen 30 años puedas jugarlo en su consola. De esta manera te aseguras que no desaparezca de la red, ya que llegará un momento que haya tantos videojuegos que posiblemente las plataformas online deban sacrificar los más antiguos para hacer un ahorro en sus servidores.
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