Hace unos días veíamos las conclusiones de un estudio promovido por Sam Altman, el CEO de OpenAI, junto a otras personas, mediante el que repartió millones de dólares para comprobar si la renta básica universal puede reducir el impacto de la IA y qué hace la gente de rentas bajas si tienen un ingreso mínimo.
En España, para las personas que, por diferentes circunstancias, no tienen ingresos y llevan años sin poder trabajar, existe el Ingreso Mínimo Vital que, aunque levantó mucha polémica con la gente que estaba en contra de la medida por dar dinero a quien no trabaja, en realidad es un ingreso muy escaso que sirve para ir subsistiendo.
Pues ahora vamos a ver los resultados de un estudio realizado en la ciudad de Barcelona. Y tenemos la situación ampliamente analizado. Recuerdan las conclusiones que "si bien los impactos de los programas de transferencias incondicionales en los países en desarrollo están bien documentados, se sabe poco sobre su eficacia en los países de ingresos más altos. Los efectos podrían diferir por varias razones".
Las pruebas pudieron hacerse con dinero llegada del programa de la Unión Europea Urban Innovative Actions. De media, las personas que participaron de este estudio recibían unos 500 euros al mes, que algo menos de la mitad del salario mínimo en España.
Así fue el estudio en Barcelona
Este análisis utiliza datos de un experimento en Barcelona, en el que se probó un programa de transferencias monetarias municipales "generosas e incondicionales". Es decir, que quien la recibe no tiene que cumplir con algún requisito para poder seguir accediendo a ese dinero. Abordan la siguiente pregunta principal de investigación: ¿Cuál es el efecto de dar un apoyo monetario incondicional y "generoso" a personas adultas?.
Una de las conclusiones es que: los beneficiarios pueden decidir trabajar menos debido al ingreso que reciben, pero al mismo tiempo, los efectos de sustitución proporcionan desincentivos adicionales. Es decir, que si tenemos un salario extra, como ciudadanía, no tenemos "requisitos de esfuerzo que puedan restaurar los incentivos laborales". Dice el informe:
"Sin embargo, una transferencia sin condiciones puede permitir inversiones en capital humano u otras inversiones que resulten en salarios más altos y, por lo tanto, aumenten los incentivos laborales".
Las personas cambiar cuidar por trabajar
En resumen a este respecto: "el programa tuvo efectos adversos en el empleo en promedio". Aproximadamente dos años después del inicio del programa, los principales receptores tienen un 20% menos de probabilidades de trabajar en comparación con las personas que no reciben nada.
Sin embargo, la gente se mantiene activa en diferentes cosas: siguen buscando empleos (puede ser que, el hecho de tener un ingreso fijo, los lleve a no acepar cualquier cosa y ser más exigentes a la hora de escoger su trabajo); siguen participando en actividades sociales y en actividades educativas.
Un aspecto muy importante: en realidad, los efectos adversos en el empleo son impulsados por hogares con responsabilidades de cuidado. Es decir, las personas que tienen responsabilidades, la obligación de cuidar a niños o a personas dependientes son las que, más probablemente, estén sin trabajar si reciben una asignación fija mensual. Es decir, teniendo ingresos, sustituyen las tareas de cuidado por el trabajo remunerado.
Ya habíamos visto otros análisis que muestran que cuando la gente teletrabaja o cuando tiene una jornada laboral de cuatro días es común en España usar el tiempo libre en actividades de cuidados a seres queridos. Barcelona no es el primer lugar de Europa en realizar estas pruebas: en Turín, Italia y en Finlandia también se ha probado.
También se ofreció la posibilidad, a estas personas, de llevar a cabo actividades con ONG locales a favor de la comunidad y más del 65% de los participantes se unieron a estas actividades. Otro amplio porcentaje de gente se unieron a otras actividades promovidas de emprendimiento social.
Imagen | Foto de Pablo Merchán Montes en Unsplash
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