Con el dominio absoluto de Google Chrome y unos competidores como Firefox, Edge u Opera que se tienen que conformar con las pocas migas que deja, el de los navegadores web en el escritorio parece un sector sin sitio para nuevos competidores. Pero Jon von Tetzchner, ex-CEO de Opera, no piensa lo mismo, y el año pasado decidió crear una nueva alternativa.
Se trata de Vivaldi, cuyo desarrollo hemos estado siguiendo y que hoy por fin ha lanzado su primera versión final. En Genbeta hemos recibido esta versión por parte del equipo del navegador, y llevamos desde el pasado fin de semana utilizándolo como nuestro navegador principal, de manera que hoy ya podemos contaros qué impresiones nos ha dejado.
Vivaldi 1.0 ha nacido con la intención de ser un navegador dirigido a los amantes de la tecnología, usuarios avanzados y todos los descontentos de que Opera decidiese cambiar su motor Presto de renderizado por Blink en 2013. Está basado en Chromium, es compatible con todas sus extensiones, y tiene unas cuantas funciones que lo hacen único en su especie. Aunque como es normal siendo su primera versión, aún hay cosas en las que puede mejorar.
¿Por qué Vivaldi?
¿Pero por qué intentar complicarse la vida creando un nuevo navegador cuando Chrome no parece dejar sitio a la existencia de nuevos competidores? Como la única persona que puede respondernos a eso es el propio Jon von Tetzchner, hemos estado hablando con él y nos ha contestado a unas cuantas preguntas. Aquí tenéis sus respuestas
¿Cuándo y por qué pensaste en crear Vivaldi?
Cuando dejé Opera entre 2010 y 2011 no tenía planes de crear otro navegador. Hacerlo desde cero es una tarea difícil y en aquel momento pensé que podría seguir utilizando Opera, lo que es natural teniendo en cuenta que estuve trabajando durante 17 años en él.
En 2013 Opera decidió abandonar su propio motor web y reescribir su interfaz de usuario con una filosofía de diseño muy diferente. Durante un tiempo confié en que volviese a ser un navegador centrado en el usuario con múltiples características, pero acabó quedándome claro que eso no iba a pasar. Los usuarios siguieron contactándome por si podía hacer algo al respecto, pero no había nada que pudiera hacer...excepto crear un nuevo navegador, y a finales del 2013 empezamos a trabajar en él.
¿Crees que aun hay sitio para nuevos navegadores en el mercado?
Mucho. Mi sensación es que todos los principales navegadores van en la misma dirección. El enfoque es hacer que los navegadores sean similares, pero competir en la distribución. Todos ellos tienen características muy limitadas nada más instalarse, e incluso tanto Opera como Firefox están viendo las suyas reducidas.
Nuestra aproximación es diferente, nosotros creemos que los usuarios tienen diferentes necesidades. Nuestra meta es adaptarnos al usuario en vez de lo contrario, y añadimos características y opciones basándonos en sus necesidades y nuestras innovaciones. Nuestra intención es hacer el mejor navegador para aquellos a quienes les importa qué navegador utilizar.
¿Ignoran el resto de navegadores a los usuarios avanzados?
Sí, creo que asumen que los usuarios avanzados simplemente descargan extensiones. Pero la realidad es que también quieren unas interfaces de usuario bien pensadas, y que cada extensión esté bien meditada, ya que demasiadas pueden ofrecer una experiencia menos óptima y más lenta.
¿Qué ofrece Vivaldi diferente a los demás?
Hay una larga lista de cosas, la mayoría de las cuales tiene que ver con nuestra filosofía. Nosotros nos adaptamos al usuario, y por eso le proporcionamos un mayor control. Eso incluye poder colocar elementos como las pestañas en la parte superior, la inferior en la izquierda o la derecha del navegador.
También ofrecemos diferentes maneras de hacer una misma acción, ya sea con el ratón, diferentes combinaciones de teclas, menús, estos y comandos rápidos. Entre ellas será cada usuario el que decida cual es la más eficaz para él.
¿Qué añadidos no han llegado a tiempo y veremos en un futuro próximo?
Es evidente que podríamos seguir añadiendo características hasta el infinito, y seguiremos agregándolas. Hemos prometido añadir un soporte para correos electrónicos en el que hemos estado trabajando, y también opciones de sincronización. Estas serán añadidas en próximas versiones junto a una larga lista de otras características y opciones.
Toma de contacto, instalación e interfaz
La personalidad de la que nos habla von Tetzchner la vemos en cuanto terminamos la instalación de Vivaldi y se nos abre una ventana configurar en tres pasos su aspecto inicial. En ellos elegimos elegimos su combinación de colores, la posición de la barra de pestañas, y el fondo de la página de inicio. Podéis estar tranquilos si creéis que no habéis elegido bien, puesto que estos parámetros se pueden cambiar después en cualquier momento.
En el primer vistazo a la interfaz de Vivaldi vemos aún más muestras de su carácter. En la parte izquierda de la pantalla tenemos una barra con los accesos directos a los marcadores, descargas y notas. Las notas son versátiles y pueden utilizarse para guardar ideas o anotarnos algo que nos ha gustado de una página web, ya que tienenentrada de URL, una larga descripción textual y la opción de tomar capturas de pantalla.
También hay un símbolo + para añadir paneles web. Son una especie de marcadores en los que en vez de abrirse una página a pantalla completa lo hace con su versión móvil en tamaño reducido ajustado al margen del panel. El tamaño lo podemos ajustar, de forma que esta utilidad se puede usar como un sistema de ventana partida dentro del propio navegador.
Con darle al + cuando estemos visitando una página esta se podrá añadir directamente al panel web, donde será útil tener herramientas como un buscador o un traductor. Algo que ayuda a sacarle el máximo provecho a los paneles es que al hacer click central sobre los enlaces que haya en ellos las páginas se abrirán directamente en una pestaña normal del navegador.
Esta es de hecho una de las funciones que más me han gustado del navegador, ya que me permiten poder buscar fuentes mientras trabajo en un artículo, buscar rápidamente el significado de una palabra en otro idioma o visitar mis feeds. Todo ello sin tener que abandonar la pestaña en la que estoy trabajando.
En la parte inferior de esta barra lateral nos encontramos con el botón de configuración, opción a la que iremos a fondo más adelante. También habrá otro que ocultará o mostrará el panel, de manera que si os molesta tener una barra lateral podréis ocultarla y sólo acceder a ella cuando queráis utilizar alguna de sus funciones.
Como en Firefox, en la parte superior tendremos una barra de direcciones y una secundaria de búsquedas. Pueden funcionar de forma independiente, por lo que aunque tengamos un motor de búsqueda por defecto podremos utilizar otro diferente en la secundaria. Cada motor, por cierto, tendrá su propio atajo rápido para cambiar rápidamente entre ellos.
A la izquierda de la barra de direcciones están los clásicos botones de avanzar, retroceder y refrescar. Junto a ellos hay otros dos de avance rápido y rebobinado, que al mantenerlos pulsados nos mostrarán una lista de las últimas páginas visitadas para elegir a cual volver. Junto a los botones de cerrar, modo ventana y minimizar veremos también una papelera, que también es un minihistorial con las últimas pestañas que hemos cerrado.
Por último, en la parte inferior nos encontraremos con opciones avanzadas. Con una de ellas cargaremos las páginas sin imágenes o sólo con las de caché, y con la otra de acciones habilitaremos el bloqueador de anuncios nativo, cambiaremos los colores de la web, lanzaremos el CSS Debugger y muchas otras cosas.
Infinidad de opciones para ponerlo a tu gusto
Un navegador no se convierte en "tu navegador" hasta que no lo tienes configurado a tu gusto, y el primer paso es el de tener todos los marcadores y plugins que tenías en el anterior. Por eso, como es normal, Vivaldi también tiene una sección para poder importarlos desde cualquier otro que tengamos instalado.
La buena noticia es que los marcadores se importan sin problemas en una nueva carpeta específica con el nombre del navegador del que vienen, por lo que con sólo 5 o 10 minutos reorganizándolos los podremos dejar a nuestro gusto. Una opción curiosa es que podrás elegir la carpeta que quieras como barra de marcadores, sólo tendrás que hacer click derecho sobre ella y elegir la opción.
Pero la mala noticia es que el proceso de importar contraseñas falla con las de Firefox, aunque las de Chrome me las ha importado sin problemas. Es un problema menor, pero para quienes tenemos contraseñas diferentes en múltiples páginas puede ser un poco tedioso tener que ir a Firefox cada dos por tres para buscarlas.
Vivaldi hace buena su promesa de dirigirse a los usuarios avanzados con una sección de opciones que va a requerir que le dediquemos un buen rato hasta dejarlo todo a nuestro gusto. Como ves en la imagen tenemos todas las opciones perfectamente catalogadas, con una última pestaña en la que se muestran todas juntas y un buscador en la parte superior para encontrar alguna en concreto.
No voy a entrar a describir una a una cada pestaña porque estaríamos hasta mañana, pero sí que diré que tenemos opciones para ajustar el aspecto de la UI o la página de inicio, cómo se colocan las estañas al abrirse, cómo interactuamos con la barra de direcciones, cómo se colocan los marcadores e incluso cómo se visualizan las páginas web.
También se pueden ajustar los parámetros de privacidad activando protecciones, solicitándole a las páginas no ser rastreado o ajustando la manera en la que interactuamos con las cookies. Tenemos a su vez secciones para configurar los comandos gestuales que podemos hacer con el ratón o los atajos del teclado.
Y por último están las extensiones y aplicaciones, que son las mismas que utiliza Chromium, y Vivaldi las busca e instala utilizando directamente la Chrome Web Store. Esto le facilitará mucho la vida a los usuarios de Chrome, aunque si llevamos tiempo utilizando alguna extensión exclusiva de Firefox quizá tengamos que buscar alternativas.
Muchos aciertos y alguna pega
Tras varios días utilizando Vivaldi como navegador principal, concretamente la versión para Windows de 32 bits, tengo la sensación de estar ante un híbrido con algunas de las cosas que más me gustan de Firefox y otras de Chrome, pero con la suficiente personalidads como para echar de menos algunas de sus opcione si decidiese volver a alguno de los dos.
Tengo un ordenador bastante potente, por lo que no he tenido ningún problema de rendimiento. Por eso he hecho una prueba casera abriendo 7 u 8 vídeos de YouTube a la vez en Chrome, Firefox y Vivaldi. No he notado grandes diferencias entre Chrome y Vivaldi, pero tanto en el consumo de CPU de esta prueba como en la navegación sí que he visto a Firefox un poquito por debajo.
Una de las pegas que sí que le tengo que poner es que Flash Player no me está funcionando correctamente. No es un problema grave teniendo en cuenta que cada vez menos páginas dependen de él, pero el complemento viene preinstalado y no funciona, y lo he notado a la hora de acudir a una o dos herramientas online que suelo utilizar.
Tampoco me terminan de convencer al cien por cien las opciones de personalización del aspecto del navegador. Tenemos la opción de colorear las pestañas dependiendo de los colores de la web a la que accedemos o la de dejarlas todas en tonalidades grises, pero echo de menos un término medio que me permita poder dejarlas con un color de mi elección.
Puede parecer una tontería, pero el impacto visual también importa. Por eso mismo también me escuece un poco que haya logos de páginas como la de Google que no se queden cargados correctamente cuando las agrego al panel web, y se me muestre el icono de que hay una imagen que falta. Sí, es un detalle muy pequeño y puntual, pero está ahí.
Por último, hay otras características del navegador que también son útiles e importantes, y que aunque yo no las haya utilizado demasiado está bien que estén ahí. Una de ellas es la posibilidad de agrupar pestañas, hibernarlas o anclarlas para no cerrarlas por error, pero también el modo incógnito, el Speed Dial o la posibilidad de tener una página de acceso rápido a la que añadirle webs, carpetas y pestañas. Esta última es especialmente útil como página de inicio.
En definitiva, Vivaldi me ha convencido lo suficiente como para quedarme con él como titular. Aún hay un par de detalles como los fallos de Flash que me obligarán a seguir recurriendo a otros de vez en cuando, pero tras un fin de semana me ha encantado las mil y una maneras en las que lo puedo configurar y organizar mis marcadores.
Por lo tanto estamos ante un muy buen punto de partida, y ahora sólo queda ver en qué dirección sigue moviéndose. Su creador tiene claro que quiere recuperar la antigua filosofía centrada en el usuario de Opera, y seguro que esto hará que unos cuantos le deis una oportunidad. Tampoco le tengáis miedo si no os consideráis usuarios avanzados, porque aunque puede impresionar su cantidad de opciones viene muy bien preparado para sacarle partido desde el minuto uno.
En Genbeta | Llamamiento de la EFF para proteger a quienes encuentren agujeros de seguridad en los navegadores web
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