Jobs sabía que el proceso de contratación era crucial, porque sin el personal adecuado no había forma de llevar rápidamente y bien los productos al mercado, por muchas ideas que pueda un líder tener en mente
En 1997, poco después de volver a Apple mediante la venta de su compañía NeXT, Steve Jobs afirmaba en una entrevista publicada en el libro 'In the Company of Giants: Candid Conversations with the Visionaries of the Digital World' que "pasaba un 20% de su tiempo contratando" en el sentido de entrevistar y supervisar candidatos.
"Paso un día a la semana ayudando a gente a contratar", afirmaba, sentenciando que "es una de las cosas más importantes que puedes hacer". En esa entrevista, donde ya contaba con unos 20 años de experiencia en la industria tecnológica, contó también qué era lo que le gustaba que hicieran los candidatos para convencerlo de que los necesitaba entre su plantilla. Y, también qué era lo peor que podían hacer para no conseguir su aprobación.
Ya hemos conocido qué opinaba Jobs sobre la productividad y qué le gustaba de los mejores trabajadores en sus empresas o qué creía de las reuniones de trabajo. Hoy vamos a ver cómo hacía para decantarse por unos candidatos y dejar a otros de lado.
Así provocaba Steve Jobs a la gente
Jobs afirmaba que el proceso de contratación era crucial, porque sin el personal adecuado no había forma de llevar rápidamente y bien los productos al mercado, por muchas ideas que pueda un líder tener en mente.
Durante la entrevista, Steve Jobs se abrió sobre cómo llevaba a cabo el proceso de selección una vez estaba frente a los candidatos. "Muchas veces en una entrevista molesto a alguien a propósito: Critico su trabajo anterior. Hago mis deberes, averiguo en qué han trabajado y digo "Dios, eso sí que ha resultado ser la bomba. Eso realmente fue un producto ridículo. ¿Por qué trabajaste en eso?".
Tras esa confesión, Jobs profundizó, no sin antes mencionar un "no debería decir esto en tu libro". "La peor cosa que alguien puede hacer en una entrevista es estar de acuerdo conmigo y consentir", decía el CEO en referencia a que los candidatos se plegaran a sus pensamientos sin oponerse cuando sintieran que lo que decía no era cierto. Esto es, que fueran sumisos sólo para agradar.
Siguiendo con el argumento, también repasó lo que quería que hicieran los candidatos para convencerle de su valía:
"Lo que busco es que alguien conteste y diga: "Estás completamente equivocado y aquí está la razón". Quiero ver cómo son las personas bajo presión. Quiero ver si se rinden fácilmente o si tienen convicción firme, creencia y orgullo en lo que hicieron. También es bueno de vez en cuando molestar a alguien durante una entrevista para ver cómo reaccionan, porque si tu empresa es una meritocracia de ideas con personas apasionadas, tendrás una empresa con muchas discusiones. Si las personas no pueden defenderse y discutir bien bajo presión, es posible que no les vaya bien en un entorno así"
Es decir, que en vez de darle la razón, Jobs quería que la gente se opusiera y que realmente se defendiera ante ataques injustos realizados bajo presión.
Cambios con el paso de los años
Al principio de la creación de Apple, Jobs y sus compañeros en Cupertino contrataban a gran velocidad. "Solo queríamos contratar a mucha gente que supiera más que nosotros", afirmaba, añadiendo que no era difícil porque ellos tampoco sabían mucho.
Pero vieron un problema: que aunque había gente buena, el problema era en muchas ocasiones que no eran capaces de dar respuesta rápida a las necesidades. "En una empresa que acaba de nacer y crece rápido, las necesidades cambian cada mes a medida que aprender más. La gente tiene que poder cambiar y adaptarse y ser capaz de ver cosas desde nuevos puntos de vista".
Y, tras este aprendizaje inicial, fue que Jobs decidió pasar mucho más tiempo en el proceso de reclutamiento de nuevas personas en la plantilla.
Imagen | Gulom Nazarov en Unsplash
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