Con la revolución industrial llegó el ludismo, un movimiento de protesta contra la maquinaria porque su uso trajo la destrucción de buena parte de operarios y artesanos. Dos siglos después, seguimos temiendo que las máquinas nos quiten el trabajo y el gran último monstruo es la inteligencia artificial: Amenaza de forma directa a algunos gremios y la realidad es que declaraciones como las del CEO de OpenAI advirtiendo que solo quedará un empleo no ayudan. Pero la sensación es de déjà vú: esto ya lo hemos vivido antes.
Sí, la inteligencia artificial implica cambios en el mercado laboral
¿Cómo recondujeron su profesión quienes se dedicaban a la mecanografía? Pienso en retiros anticipados, quizás reconversiones. Pero la llegada del ordenador personal y la democratización del PC hizo que llegara a la mayoría de hogares (del primer mundo), haciendo que hoy en día, cualquiera sepa escribir moderadamente rápido y bien.
Es cierto que en la actualidad a la inteligencia artificial todavía le queda mucho margen de mejora, pero la realidad es que hay labores como crear textos, responder emails o traducir que ejecuta con una habilidad tan alta que, si bien servidora no dejaría actuar de forma autónoma, sí que en la práctica agiliza tanto el trabajo que basta una supervisión somera después. En la vida real, eso supone que haya menos personal creando textos y que baste con un par de personas velando por su calidad. O lo que es lo mismo, despidos y menor demanda.
Pero en ese escenario moderadamente inminente, se pasa por alto dos tareas que al menos deben ser realizadas por humanos y que dan parte de la respuesta de por qué ser optimista respecto a la inteligencia artificial: tiene que haber alguien que le dé los prompts adecuados y testers que evalúen el contenido y sepan cómo introducir mejoras. Es decir, personas que tengan un conocimiento avanzado de cómo funciona un modelo de lenguaje como ChatGPT (u otras herramientas con IA) y de los requisitos.
En el horizonte aparece una profesión que antes no existía: la ingeniería de prompts al más alto nivel y el uso de herramientas con IA como habilidad general que marca la empleabilidad en muchos sectores. Vamos, como hoy en día se pone 'Microsoft Excel' como skill en el CV. Lo que está claro es que lo que va a marcar la diferencia muy pronto en los currículum será saber usar las inteligencias artificial es comerciales o no. Habrá que aprender, aunque sea a la fuerza (si queremos ganar atractivo a la hora de presentar candidaturas).
Así que por un lado aparecen profesiones que antes no existían y por otro, pasar de hacer tareas de forma 'manual' (o mejor dicho, personal) a dejárselo a las máquinas implica menores errores propios del factor humano, mayor volumen de trabajo de datos y mayor velocidad de ejecución. Hacer más con menos implica cambiar las metas y que surjan nuevas necesidades más ambiciosas. Lo que antes llevaba a una persona una jornada de trabajo, pronto lo podrá hacer un chatbot en segundos, así que cambiarán los objetivos.
Finalmente quiero añadir un punto más emocional que otra cosa: estar alerta ante los cambios es bueno, porque eso nos permite ser conscientes de ellos y tomar cartas en el asunto. Dejarse llevar por el pesimismo y pensar que la IA nos va a matar a todos (que oye, es una opción) quizás nos convierte más en parte del problema que de la solución: renovarse o morir. Es un avance y todo indica que va a seguir hacia delante, así que mejor tomar medidas sensatas y decisiones que enterrar la cabeza.
Excel ya cambió las reglas del juego antes
Pero volvamos al Excel porque la famosa hoja de cálculo de Microsoft también provocó muchos dolores de cabeza. Hoy casi cualquiera la pone en su CV, da igual que sea analista y trabaje en Big Data que trabaje de cara al público en la recepción de un hotel o incluso que ejerza de periodista tecnológico para Genbeta. El manejo de Excel nos permite tareas tan densas como establecer diferentes perfiles en base a unas estadísticas clasificadas y analizadas, hacer inventarios, elaborar facturas o predecir el crecimiento de la demanda de nuestro hotel para el mes que viene. Al final, todo es meter datos en la hoja, ejecutar diferentes fórmulas y visualizarlo, ya sea en formato tabla o en gráfico. Excel vale pa to' y de esta burra no me baja nadie.
Pero no siempre ha habido Excel. La primera versión de esta hoja de cálculo nació el 30 de septiembre de 1985 pero antes de esa fecha ya había hoteles, inventarios, facturas y publicidad. Y de alguna manera llevaban su contabilidad, estimaban cantidades presentes y futuras, sabían a quién dirigir su publicidad...hablamos de cálculos manuales y ficheros eternos escritos a máquina.
Como documentaba hace unos años el analista tecnológico Benedict Evans en su cuenta de Twitter, la sala que veis sobre estas líneas hace lo mismo que una hoja de cálculo de Excel. Edificios enteros cerrados por culpa de la hoja de cálculo de Microsoft donde trabajaba gente dedicada a labores administrativas sin formación universitaria, principalmente mujeres.
De hecho, otra persona cuenta dentro del hilo que allá por 1986 le comunicaron a su padre que ya no tendría una secretaria, a partir de ese momento tendría un ordenador. Como dato, más tarde sería el propio padre quien fue sustituido por una máquina. Desgraciadamente, esta transformación también tiene letra pequeña: aunque de forma generacional y general suponga introducir una nueva habilidad, reinventarse no siempre es posible. Hay historias personales de gente que se queda atrás.
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