Hay muchas cosas por las que cada uno recordaremos este año 2016, pero una por las que Zuckerberg seguro que lo recordará siempre es por la tormenta de noticias falsas que ha asolado su red social. Sobre todo porque eso ha hecho que a Facebook se le acuse incluso de que Trump haya ganado las elecciones de Estados Unidos.
Pero lo peor no es eso, lo peor ha sido que Facebook se ha demostrado incapaz de controlar el problema, y se ha dejado su credibilidad intentándolo. Como veremos después, parece que tras meses de dichos y contradichos la situación parece empezar a calmarse, pero el problema ha sido lo suficientemente grande como para que le peguemos un último repaso.
Porque lo cierto es que las redes sociales llevan unos años convirtiéndose en la guarida del clickbait y las noticias falsas. Pero Facebook es la red social más grande del mundo, una en la que millones de personas delegan a diario para informarse. De ahí que su incapacidad para solucionarlo haya evidenciado la magnitud del problema, y haya hecho que otras empresas empiecen a tomar medidas preventivas.
Anatomía de una mala decisión
En enero del 2014 Facebook presentó su propio sistema de trending topics. La apuesta era clara, la de destacar los temas más populares del momento en el propio perfil del usuario. Aún así y pese a que ya han pasado casi tres años, esta función no ha llegado aún a países como España, y viendo cómo les están yendo las cosas quizá tarden.
Los problemas empezaron a mediados de mayo de este mismo año, cuando antiguos empleados de Facebook aseguraron haber "camuflado" las noticias que enaltecían las políticas más conservadoras. Vamos, que habían estado manipulando deliberadamente los trending topics, algo de lo que Facebook se trató de defender un día después negándolo todo.
Unos días antes, durante la Keynote de la conferencia F8 de la empresa, Mark Zuckerberg se había mojado criticando algunas propuestas del por entonces candidato Donald Trump. Más tarde el CEO de Facebook aseguró que las críticas no iban dirigidas a nadie en concreto, pero ya era tarde, se había abierto el debate de si Facebook podía y/o debía influenciar en los resultados de las elecciones de un país.
Lejos de aprovechar para cerrar este debate tras haber negado que todo iba bien en su forma de curar el contenido de los trending topics, Facebook reabrió el tema a finales de mayocambiando la gestión de sus trending topics. Esto supuso un primer golpe a la credibilidad de la red social, ya que si era verdad que no manipulaban el contenido, ¿para qué cambiar nada?
La polémica fue a más cuando poco después, otro ex-empleado de la red social confesó que trabajar en los Trending Topics de Facebook fue la experiencia laboral más tóxica de su vida. Acusaba a los de Zuckerberg de tener una gestión lamentable, de sexismo, de intimidación y de estar obsesionados por los números.
Facebook lo desmintió categóricamente, pero las dudas no se esfumaron del todo. Además, para entonces el tema de sus trending topics ya se había convertido en uno recurrente para muchos medios de comunicación, que no dejaban de darle vueltas a cómo seleccionaba Facebook las noticias y si eso podría influir en sus usuarios.
Entonces movidos posiblemente por toda la presión, Facebook tomó la peor de las decisiones. Decidió automatizar su sistema de trending topics. El contenido dejarían de seleccionarlo humanos, y los algoritmos pasarían a encargarse de ello. Esto debería acabar con las acusaciones de manipulación de contenidos, pero la consecuencia fue peor aún: Facebook se convirtió en un colador de noticias falsas.
Desde el principio todos veíamos que la medida era errónea. Es evidente que cada vez más empresas están delegando en algoritmos a la hora de automatizar procesos, pero una cosa es que el algoritmo de Spotifty se equivoque en sus recomendaciones, y otra muy diferente que el fallo se de en un sistema utilizado por millones de personas para informarse cada día.
Y tal y como se esperaba los errores llegaron, ¡y de qué manera! La metedura de pata que volvió a encender las alarmas en Estados Unidos fue la de permitir que el 10 de septiembre, el día previo a una fecha tan sensible como el 11S, en Facebook apareciesen noticias falsas sobre las causas del atentado. Todos volvían a hablar de la incapacidad de Facebook a la hora de curar su contenido, y ahora no se le podía echar la culpa a los empleados.
¿Por qué son peligrosas las noticias falsas?
Hace unos días se reveló un caso que sirve para ilustrar el efecto que pueden llegar tener las noticias falsas y cómo estas se van propagando. Es el denominado caso del "Pizzagate", con el que se llegó a afirmar que los operativos demócratas que realizaban pedidos a la pizzería Comet Ping Pong estaban utilizando un código secreto para hablar de prostitutas menores de edad.
En el caso de que te lo estés preguntando se trata de un bulo, pero hubo un hombre que se lo tomó en serio, fue a investigar a la pizzería, y acabó detenido por la policía metropolitana de Washington DC después de realizar varios disparos en el local. Afortunadamente nadie resultó herido, pero el caso ilustró las consecuencias que puede llegar a tener la propagación de noticias falsas.
Al arrestado se le incautaron dos armas y se encontró una tercera en su vehículo. Aseguró que estaba investigando una de las muchas noticias falsas divulgadas durante la campaña de Clinton para llegar a la Casa Blanca.
Todo empezó, como cuentan en BuzzFeed, cuando el 30 de octubre una cuenta de Twitter que decía pertenecer a un abogado judío de Nueva York, aseguró que la Policía de aquella ciudad estaba investigando unos correos electrónicos en los que supuestamente había pruebas de que Hillary Clinton estaba involucrada en un caso de esclavitud infantil internacional. La noticia también empezó a aparecer en varias cuentas de Facebook.
Horas después, una popular página conspiranoica se hacía eco de la falsa noticia dándola por verdadera. A los pocos días, otra página afín a las teorías conspiranoicas replicaba la noticia asegurando que fuentes internas del FBI les habían confirmado la información. Al poco tiempo, otra web dio un paso más asegurando que la Policía de Nueva York había realizado una redada en el domicilio de la candidata Clinton.
Después de que otras varias páginas siguieran adelante con la noticia falsa, el siguiente paso lo dio 4chan y varias cuentas de Twitter afines a Trump con una trolleada masiva. Empezaron a seleccionar palabras al azar de los correos filtrados por Wikileaks del presidente de campaña de Hillary, John Podesta, relacionándolas con otras palabras sobre pedofilia y tráfico de humanos.
La noticia seguía siendo falsa, pero en plena campaña electoral corrió como la pólvora en 4Chan y Reddit, y muchos se hicieron eco de ella en las redes sociales. Sin métodos para controlar este tipo de desinformación, todo llevó al tiroteo en la pizzería Comet Ping Pong en un caso que, como hemos dicho, ya ha pasado a la historia como "pizzagate".
Y entonces llegó Donald Trump
Y entonces llegó Donald Trump, el homber que asegura que las redes sociales son más poderosas que el dinero, y ganó las elecciones de Estados Unidos. Todo el país empezó a buscar culpables, y acusaron a Zuckerberg y los suyos de haber influido de manera notable en la victoria del candidato republicano, e incluso de introducir determinados sesgos para que sus usuarios se decantaran por él.
Teniendo en cuenta que Zuckerberg ya se había manifestado abiertamente contra Trump, aunque lo negase en su día, las acusaciones fueron bastante paradójicas, pero eso no impidió que muchos se echasen encima de la red social. Al parecer, en sus trending topics se habrían colado demasiadas noticias falsas sobre Hillary Clinton en los días previos a la votación.
El creador de Facebook no tardó en negar las acusaciones diciendo que Facebook no había tenido nada que ver en los resultados. Pocos días después fue aún más osado asegurando que el 99% de las noticias que aparecen en Facebook son verdaderas, volviendo a negar que haya un problema de noticias falsas que pueda haber influenciado en las elecciones estadounidenses.
Pero una vez más, Zuckerberg acabó desmintiéndose a sí mismo. Tras haber asegurado por activa y por pasiva que no había ningún problema con las noticias falsas, cinco días después Facebook anunciaba que iba a empezar a luchar activamente contra las páginas que las publicasen. El plan era el de sacar a las páginas reincidentes de su sistema de anuncios para asfixiarlas económicamente.
El plan de la red social era bueno, y junto a ella un gigante como Google también anunció que tomaría medidas suficientes. A los pocos días Zuckerberg también anunció otro paquete de medidas con las que Facebook iba a tomar para combatirlas. Por lo tanto admitía públicamente que el problema existía, un palo más a una credibilidad cada vez más dañada.
Y Facebook por fin se tomó en serio el problema
Hicieron falta toda la atención de la prensa mundial, que Trump ganase las elecciones, y que un crédulo internauta se liara a tiros en una pizzería. Pero Facebook por fin se empezó a tomar en serio el problema. Lo hizo contradiciéndose, sí, pero anunciando unas medidas que esta vez sí parecían abordar el tema con la contundencia necesaria.
Su plan pasaba por facilitar el proceso de reporte de noticias falsas, estrechar su colaboración con empresas verificadoras, o crear un sistema de avisos para que los usuarios sepan qué noticias son falsas. También prometió mejorar las exigencias para que un artículo pueda aparecer en relacionado y escuchar a periodistas y a miembros de la industria de la información.
El próximo paso lo podríamos ver en las próximas semanas según supimos hace unos días, con el lanzamiento de una nueva sección llamada "Colecciones" que sustituiría a los trending topics. Según fuentes del Business Insider, funcionará de forma similar a la sección Discover de Snapchat, que muestra noticias, historias, vídeos y otros contenidos enviados por medios seleccionados manualmente.
Así pues, finalmente el problema de las noticias falsas en Facebook podría estar a punto de llegar a su fin. Lo único que han tenido que hacer es demostrar ser incapaces de curar el contenido correctamente, y planear acabar con sus trending topics para sustituirlos por una sección de noticias destacadas publicadas por medios concretos.
A Mark Zuckerberg también le están apretando otros problemas como las amenazas europeas de hacer a su red social responsable directa de los discursos de odio publicados en ella si no actuaba antes contra ellos. Pero esta vez han actuado rápido aliándose con el resto de gigantes tecnológicos para combatir entre todos el problema. ¿Lo conseguirán o será este el próximo gran problema al que Facebook tendrá que enfrentarse en 2017?
En Genbeta | Así es como Alemania se ha convertido en esencial en la lucha de Facebook contra los discursos de odio
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