Cuando en 2014 Satya Nadella sucedió a Steve Ballmer como CEO de Microsoft, convirtiéndose en el tercero de la historia de la compañía de Redmond, dio un golpe en la mesa y comenzó a cambiar la estrategia histórica de Microsoft, asumiendo que estábamos entrando en la era 'Post-PC'. En ella, "las experiencias personalizadas reinarían sobre los dispositivos específicos o sistemas operativos".
La compañía había comenzado a trascender desde dentro al PC convencional con la aparición de la Surface, heredero, muchos años después, de aquel mercado fallido de las Tablet-PC. La llegada de Nadella, antiguo responsable de Azure, donde había triunfado, hizo a la compañía virar a su ya famoso 'Mobile First, Cloud First'.
Los servicios, con Office 365 y Azure a la cabeza y un Windows que ahora ha perdido, son desde hace años ahora el gran foco de la compañía, como acredita el área, "Nube e Inteligencia Artificial", potenciadísimo desde la alianza con OpenAI.
Después de centrarse en hacer todos sus servicios multiplataforma, con un amplísimo elenco de aplicaciones en iOS y Android y en la web, ha quedado claro que la era 'Post-PC' llegó para Microsoft, y que el 'Mobile First, Cloud First' es una realidad, aunque no fuera con su plataforma, y es que Windows 10 Mobile dijo adiós por el camino. La misma Microsoft que no supo prepararse para esa guerra móvil incluso habiendo adquirido Nokia, sí se ha posicionado muy bien en el resto de áreas. Muchos analistas la daban por muerta, y está más viva que nunca.
La era 'PC-Plus': cuando al PC se le sumaba, no se le trascendía con otros dispositivos
Al final del año fiscal 1999, que acababa el 30 de junio, Microsoft seguía creciendo y creciendo desde los puntos de inflexión que supusieron los éxitos de Windows 95 y 98. De hecho, aquel año logró la capitalización bursátil más alta lograda por una compañía, con 618.900 millones de dólares (851.000 millones de dólares de 2018), hasta que Apple la superó en 2012.
En la carta a accionistas de cierre de año fiscal, el por entonces CEO Bill Gates destacaba que los "PCs gozan de una imperecedera popularidad, este año se venderán más de 100 millones de unidades en todo el mundo. [...] unque las ventas mundiales de PCs hayan demostrado ser considerablemente fuertes, lo más probable es que disminuyan durante el próximo año y a medida que se vuelven más complejas las actividades empresariales de Microsoft, crecen exponencialmente los retos y riesgos estratégicos que se nos interponen".
La situación que Bill exponía respecto al PC en junio de 1999 recuerda mucho a la que desde hace algún tiempo escuchamos en la industria móvil. Al PC en 1999 le quedaba mucho crecimiento, y es que hasta 2011 no alcanzó su pico, con 352 millones de unidades anuales, pero Microsoft ya sabía que podían venir tiempos peores, como ahora hacen los fabricantes de smartphones, que buscan qué viene después desde hace años.
Respecto a ahora, choca el momento del PC por entonces, cuando ofrecía "la clase de poder informático que sólo se podía conseguir en los departamentos de informática de las grandes empresas hace apenas una década". De igual manera, nadie podía imaginar lo que el móvil supondría para tantos millones hace poco más de 10 años. Respecto al futuro de la computación, en 1999 lo próximo no era trascender o suceder al PC, sino sumarle:
La era "PC-Plus" tratará sobre conectividad, flexibilidad y simplicidad. Será una era en la cual el punto de atención es la gente, donde la tecnología es una extensión natural de lo que los consumidores y empresas piensan de sí mismos y de sus interacciones con los demás. La combinación de experiencia, recursos e investigación por la cual se destaca Microsoft, nos pone en una posición muy favorable para transformar esta visión en una realidad.
Bill Gates seguía hablando del PC como del centro de toda la experiencia, algo que sólo ocho años después de esas palabras comenzó a cambiar radicalmente y a escala masiva con el lanzamiento del iPhone.
No hay duda que su PC continuará siendo el centro de la informática en el hogar, en el trabajo y en los centros educativos, pero se le unirá un gran número de nuevos aparatos y dispositivos inteligentes, desde PCs de bolsillo y PCs para coches hasta teléfonos celulares diseñados para funcionar con Internet.
El fundador de Microsoft menciona los dispositivos que se le unirán, como celulares diseñados para funcionar con Internet. La compañía llegó a tener una cuota considerable con Windows Mobile (12% en 2006 y 2007, en el momento previo a la explosión), pero en lugar de apostarlo todo a ese futuro, siempre fue un área que contaba con recursos muy inferiores a los de Windows, aunque a decir verdad, el protagonismo de XP en la primera década del siglo tampoco estuvo basado en la innovación.
La importancia del futuro Internet sí estaba latente, pero sin la inteligencia artificial que hoy ve tan impotante
En el año 1999, la relevancia de Internet en el futuro de la sociedad comenzaba a ser indiscutible. En el caso de Estados Unidos, el mercado más importante de Microsoft y donde más rápido penetró la red, la población conectada ya alcanzaba el 36%, y en tan solo cuatro años llegaría al 61% (en 2016 era el 91%). En ese sentido, Gates sí supo ver que Internet estaría en todas partes, fuera de la empresa y del hogar.
Una mayor cantidad de software será entregado por medio de Internet y se disiparán los límites entre los servicios en línea y los productos de software. Internet continuará transformando todo, pues ofrecerá un nivel de conectividad que apenas hace unos años hubiera sido difícil de imaginar y cada hogar, cada negocio y cada centro educativo deseará estar conectado a esa formidable base de datos mundial [...] La visión de Microsoft es ampliar las posibilidades de la gente por medio de software de calidad: a cualquier hora, en cualquier lugar y con cualquier dispositivo.
Además, también establecía una interesante dualidad que en el futuro se disiparía entre los servicios en línea y los productos de software. Una distinción que ya no existe y en la que su compañía, con la visión "Cloud First", ha sido protagonista.
Hay que destacar que en este futuro, Bill Gates no hablaba de inteligencia artificial. Resulta comprensible, a la vez que ilustra cómo ha cambiado el antiguo CEO su perspectiva, pues según él, "la era de la inteligencia artificial ha comenzado", explicando que supone el paso hacia una segunda revolución tecnológica. Aun así, sigue afirmando que "ninguno de los avances de los pasados meses nos han acercado sustancialmente a la inteligencia artificial fuerte", o AGI, como también suele llamarse.
Foto inicio | Bret Hartman/TED
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