Hotmail ha muerto, ¡larga vida a Outlook! Seguro que muchos pensamos eso ayer, cuando Microsoft presentaba su “nuevo” servicio de correo electrónico (que, aunque bajo nuevo nombre e interfaz, sigue siendo esencialmente lo existente) reaprovechando la marca Outlook que tantas alegrías le ha dado, sobre todo entre las empresas. Demos un repaso a Outlook.com, el no-del-todo-nuevo servicio de correo electrónico de Microsoft.
Nueva interfaz: más simple, más minimalista, más Metro
Lo primero que llama la atención es que Microsoft ha dado una vuelta de tuerca a la interfaz que ve el usuario nada más acceder a su cuenta. Outlook.com cuenta con una interfaz mucho más limpia, donde la tipografía lo domina todo. Una barra superior incluye opciones que cambian en función de si tenemos seleccionado un correo o no (además de los botones habituales con la configuración y demás).
La competencia (en este caso es Gmail, dado que es quien se encuentra luchando frontalmente con el servicio de correo electrónico de Microsoft) incluso se ve un poco en evidencia con interfaces notablemente más recargadas. No obstante la nueva interfaz, bajo mi punto de vista, tiene un problema: no todo es simple de distinguir a simple vista. Al menos, eso sí hay que decirlo, no distrae en absoluto con elementos superfluos.
Los correos no leídos se muestran en negrita y con el asunto marcado en el color (seleccionable; luego lo cuento). Correos marcados (con la banderita) se separan de los demás y aparecen arriba (más o menos como permite configurar también Gmail). Pero me da la impresión de que cuesta distinguirlos de un vistazo; no hay un simple sombreado en un color un poco más oscuro que nos permita saber de un vistazo si tenemos mucho correo pendiente o no.
Nueva interfaz, elementos antiguos que por suerte y por desgracia no se han ido
He de decir, por cierto, que la interfaz es nueva pero en esencia Outlook.com es una nueva cara de la última versión de Hotmail (aquella que no hacía las cosas tan mal). Y es algo que agradecemos, dado que las características interesantes de Hotmail se han mantenido.
Podemos seleccionar si queremos panel de lectura o no, y en caso de quererlo, si lo queremos abajo o a la derecha (algo ideal para pantallas panorámicas). Seguimos pudiendo “barrer” los correos electrónicos de una carpeta (recordad que el funcionamiento de Hotmail es por carpetas y categorías, mientras que el de Gmail desde el principio es taxonómico) e incluso programar estos barridos, si bien sería ideal que pudieran seleccionar otros criterios más allá del remitente (como permite hacer Gmail).
Es un muy buen punto que tenga integración con redes sociales out-the-box, al menos con Twitter y Facebook. Debería añadir soporte para más servicios (LinkedIn, por poner un ejemplo). La interfaz puede personalizarse hasta cierto punto: a grandes rasgos se nos da la posibilidad de elegir un color para los “acentos” de color que veremos siempre sobre gris o sobre blanco. Si elegimos un color como el rojo, por ejemplo, se distingue bastante mejor de un vistazo la masa de correos no leídos.
Y seguimos disponiendo del Messenger integrado con nuestra bandeja de entrada. En lugar de un menú desplegable en la barra superior ahora tenemos una sidebar que se desliza cuando pulsamos el botón correspondiente en la barra superior. El funcionamiento es impecable aunque confuso al principio: no tenemos una lista de contactos, sino que podemos buscar directamente en el cuadro superior. Parece similar al de la aplicación Mensajes de Windows 8. Es necesario recalcar que no se guardan conversaciones entre sesiones.
No obstante esto únicamente está presente en las aplicaciones de correo y contactos. El calendario y Skydrive todavía mantienen el antiguo esquema (¡e incluso siguen mostrando el nombre Hotmail para identificar al servicio de correo electrónico!). Es de esperar que tarde o temprano estrenen una nueva versión, con una interfaz más coherente con el resto del ecosistema, siguiendo el lenguaje de diseño Metro y que funcionaran en tabletas como el iPad.
Sigue teniendo problemas, no obstante. Su panel de preferencias (al que se accede haciendo clic en la rueda dentada, y luego en “Más opciones de configuración del correo”) sigue pareciéndome muy confuso. Es el que debemos utilizar para crear nuestra dirección de correo @outlook.com, por cierto: la opción es “Crear un alias de Outlook”. Por otra parte la interfaz para crear un nuevo correo electrónico me parece absolutamente impecable.
Del ecosistema: prácticamente completo y listo para competir
Microsoft cuenta con un ecosistema de aplicaciones online prácticamente completo. Suite ofimática incompleta pero suficiente (documentos, hojas de cálculo, presentaciones, notas), servicio de almacenamiento de datos personales (correo, calendarios, contactos) y servicio de alojamiento en la nube (con alojamiento de fotografías incorporado), todo ello integrado con Windows y Windows Phone.
El gigante de Redmond, a primera vista, lo tiene todo listo para competir con Google en este sector del mercado, sobre todo para clientes particulares (para las empresas tiene otros productos). No obstante, aunque lleva mucho tiempo entre nosotros (incluso desde antes que la competencia, que no pioneros, en ciertas aplicaciones), es Google quien se ha llevado gran parte del mercado. Hotmail sigue siendo el más usado pero, sobre todo para los power users, Gmail se lleva la palma y, en la práctica, la buena fama y los usuarios “de valor”, y lo hace gracias a todos los años que lleva dando guerra (aunque el hype que genera todo lanzamiento suyo también tiene bastante que ver).
Desterrar la marca Hotmail, muy quemada y asociada por muchos a “cutre”, sigue pareciéndome un buen punto de partida, una cierta renovación. Aunque sea una renovación a medias. Microsoft va a tener que esforzarse mucho para atraer a todos esos power users que perdió en su momento. Y renovar sus aplicaciones puede ser un buen primer paso para ello.
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