El Gobierno español no va a esperar al G20 y a la OCDE, y aprobará mañana martes la 'tasa Google' en el Consejo de Ministros, según informa El País. Las medidas del Ejecutivo también incluyen la aprobación de la 'tasa Tobin', un impuesto a las transacciones financieras.
Aunque el Gobierno de Pedro Sánchez siempre ha manifestado ser proclive a aprobar la 'tasa Google' con la que gravar con un 3% a las grandes tecnológicas que cumplan una serie de requisitos, la realidad es que en este asunto ha habido vaivenes, pues aunque se llegó a aprobar en enero de 2019, la realidad es que el no haber sacado adelante los Presupuestos Generales del Estado en la legislatura anterior enterró el proyecto.
Además, en julio dejó de mencionarse, y en el apartado de fiscalidad de un documento del PSOE se habló de "promover la creación de la denominada “tasa Google” en el ámbito europeo".
Una aprobación pendiente de muchos factores
El nobre del impuesto no será ni 'tasa Google' ni 'impuesto GAFA', en referencia a Google, Apple, Facebook y Amazon, sino 'impuesto sobre determinados servicios digitales'. Con él se quiere gravar el 3% a las empresas del sector cuya facturación anual supere los 750 millones de euros a nivel global y de 3 millones en España. Con ello, el Gobierno espera recaudar 1.200 millones de euros. Esta cifra, de ser real, ayudaría enormemente a cumplir con las exigencias de Bruselas. Sin embargo, se ha hablado en muchas ocasiones de que lograr recaudar tanto no va a ser tarea fácil. Además, compañías como Amazon ya han mencionado que repercutirán el impuesto a los vendedores, lo que eventualmente lleva a que el usuario final pague más.
Por otra parte, antes de aprobarse, este nuevo impuesto requerirá de una aprobación expresa del Congreso y Senado, donde el Gobierno quizá no tenga grandes dificultades porque no se trata de una propuesta polémica o demasiado polarizante, pero en el actual clima, nunca se sabe. El problema, es que incluso siendo aprobada, la 'tasa Google' española deberá demostrar una fortaleza en si misma que desde Francia no han logrado.
En el país galo, la 'tasa Google', que a fines prácticos es similar a la española, se aprobó el año pasado. Y sin embargo, a finales de enero se paralizó, ante la amenaza de sanciones arancelarias de Donald Trump si no daban marcha atrás. Y no hablamos de una amenaza leve, sino de impuestos de hasta el 100% como represalia. Si Francia no ha podido hacer frente por sí sola a Estados Unidos, quizá sea ingenuo pensar que España siga adelante si el país norteamericano plantea una medida arancelaria similar.
Otros países europeos como Italia o Reino Unido también han dado pasos firmes en el sentido de sacar adelante esta tasa, pero a nivel mundial lo que quiere Estados Unidos es un texto único que salga del seno del G-20 / OCDE, donde tiene más influencia que con cada país por separado. Esto es algo que han apoyado también CEOs de las principales tecnológicas, como Mark Zuckerberg o Tim Cook. Se espera que la propuesta global esté lista a finales de 2020.
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