Sí, has leído bien, el gigante asiático acaba de anunciar la prohibición de aquellos livestreamings cuyos protagonistas se dediquen a comerse un plátano “de manera erótica” delante de la cámara. Un ataque más a la libertad que requerirá de una atención continua pues, tal y como ha sucedido en otros países, China no es ajena a esta nueva moda: la de grabarse en directo en toda clase de actitudes.
Sin embargo, parece que el gobierno chino no lo tendrá fácil en esta ocasión, básicamente por la naturaleza del contenido, una suerte de narración en tiempo real de quien protagoniza el video y una moda que triunfa entre los más jóvenes que requerirá de un férreo y continuo control por parte de la administración estatal.
La prohibición
Así, y según ha informado la BBC, la china se ha declarado abiertamente en contra de esta práctica: la de ingerir bananas de forma lasciva y emitirlo a través de la red en el mismo momento. Una “seducción en línea inapropiada y erótica” que va muy en la línea de otras decisiones adoptadas por este gobierno.
De hecho, este mismo abril el Ministerio de Cultura informó de que se encontraba investigando estas plataformas de transmisión en vivo por “alojar contenido pornográfico o violento que perjudica a la moral social”. El diario New Express Daily también ha asegurado que no es solo la fruta la que se encuentra en su radar sino que aquellas chicas que visten medias y ligas también son censuradas.
El periódico, además, apunta que el 26% de los usuarios de esta clase de sitios no alcanzan la mayoría de edad, y que hasta las tres cuartas partes de los espectadores son varones. En todo caso, la noticia de la prohibición del plátano ha desatado cientos de comentarios a través de las redes sociales. Curiosamente, algunos se encuentran más preocupado por, precisamente, el tipo de contenido erótico, que por la censura que viene caracterizando al gigante asiático desde hace años.
Otras consideraciones
Al margen de lo comentado, no es la primera noticia protagonizada por los asiáticos que ha llamado nuestra atención durante estos días, sino que mayo se estrenó con otro suceso que merece la pena comentar: que la China investigaba al gigante de las búsquedas Baidu por su supuesta implicación en el caso de un paciente de cáncer que, tras confiar en los resultados del motor para recibir tratamiento, acabó falleciendo.
Una polémica suscitada por, teóricamente, la inclusión de publicidad engañosa por parte de la compañía, una práctica, por cierto que ya había sido criticada con anterioridad. El joven, en total, gastó más de 30 mil dólares en un tratamiento experimental de un hospital de Pekín, a quien su familia acusa de haber exagerado la eficacia del tratamiento. En concreto, la denuncia a Baidu se centra en que clasifica sus resultados de búsqueda en función de la publicidad que pagan los hospitales.
En Genbeta | Viviendo bajo el Gran Cortafuegos de China
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