Rumania fue uno de los países cuyo embajador firmó su adhesión al tratado basura ACTA a finales de enero. Y lo hizo siguiendo la lamentable tradición de adoptar un tratado que nunca fue leído por quienes debían firmarlo.
Ahora se da la alegre situación en que el Primer Ministro saliente (salió, o mejor dicho le forzaron a salir ayer 6 de Febrero tras semanas de presión en las calles) de Rumanía, Emil Bloc, se pregunta por qué no tiene información al respecto de las circunstancias por las cuales Rumanía ha adoptado el tratado.
También el presidente del Partido Social-Demócrata, Victor Ponta, ha preguntado al gobierno, ahora en proceso de transición, que explique públicamente por qué firmó el ACTA en nombre del país sin haberse realizado un debate público. También ha dejado claro que cuando llegue al poder la alianza del PSD y el Partido Nacional-Liberal, suspenderá el tratado hasta que se realice un diálogo con la sociedad civil, siguiendo el camino de Polonia y la República Checa.
Es realmente sorprendente que todo un Primer Ministro se queje, ahora, a vuelo pasado y cuando ya no está al cargo, que nunca tuvo información sobre un tratado firmado bajo su mando. O bien no controla demasiado a sus subordinados, o bien ha caído victima de la manipulación del lobby dedicado a forzar acuerdos en secreto y a espaldas de todo el mundo. Según los datos de la historia reciente, más bien parece ser lo segundo.
Via | Nineoclock.ro Foto | Razvan Caliman