Faltan exactamente un mes y un día para el lanzamiento de la actualización Anniversary Update de Windows 10, la cual traerá esperadas funciones como el Bash de Ubuntu, mejoras y novedades en el menú de inicio, el cacareado Windows Ink para aprovechar dispositivos con lápiz óptico, y la esperada inclusión de extensiones para Microsoft Edge.
Teniendo en cuenta la cercanía de todas estas novedades, hemos querido aprovechar el inicio de julio para pegar un repaso a cómo están evolucionando Windows 10 y el navegador Edge en cuanto a adopción. Hemos tirado de páginas de estadísticas, y lo que nos hemos encontrado es que la suerte de ambos sigue siendo totalmente opuesta, uno sube como la espuma y el otro sigue estancado.
Windows 10 pisa el acelerador
Venimos diciendo desde mayo que la caída de Windows 7 va acentuándose poco a poco, pero que hasta ahora Windows 10 no parecía estar aprovechándolo para incrementar el ritmo al que estaba creciendo. Pues bien, la cosa parece haber empezado a animarse en los dos últimos meses, y que el nuevo sistema operativo de Microsoft por fin coge ritmo.
Tal y como vemos en las estadísticas de StatCounter, después de anotarse unas subidas del 1,67 y el 1,37 porciento en marzo y abril respectivamente, el mes de mayo lo terminó con una subida del 2,08% y el de junio con otra del 1,94% en adopción, lo que supone un incremento de casi medio punto porcentual con respecto al ritmo con el que venía creciendo.
Mientras tanto, la caída de Windows 7 sigue acentuándose tras sumar dos meses consecutivos con un descenso del 1,28% en su adopción. Por otra parte, Windows 8.1 sigue desplomándose con una caída del 0,9% en el último mes, mientras que otros sistemas operativos como Mac OS X y Windows XP siguen manteniendo estable su cuota de usuarios.
En cuanto a los resultados totales, vemos en StatCounter que Windows 7 se queda con un 42% de los usuarios, mientras que Windows 10 ya ha conseguido hacerse con el 21,9% de ellos. Si miramos otras estadísticas como las de NetMarketShare la distancia es aún mayor, ya que con su método de medición eleva el uso de Windows 7 hasta un 49,05% y el de Windows 10 lo deja en un 19,14%.
¿Y esto en qué se traduce? Pues tal y como dijo Microsoft hace dos días, Windows 10 está actualmente instalado en cerca de 350 millones de dispositivos, y según los cálculos hechos por medios como Business Insider de seguir con este incremento del 17% con respecto a los 300 millones de usuarios anunciados en mayo, Windows 10 podría estar presente en 1.000 millones de dispositivos a finales de junio del 2018, incluyendo sobremesas, portátiles, móviles y tabletas.
No queda claro que con este número Microsoft consiga reconquistar el terreno que está perdiendo en los dispositivos móviles para acabar con el duopolio de Android e iOS, pero por lo menos le permitirá presumir de tener un sistema operativo lo suficientemente sólido como para tratar de animar a los desarrolladores a apostar por las apps universales.
En cualquier caso, que este crecimiento siga a buen ritmo dependerá de cómo reaccione la adopción del sistema operativo una vez deje de ser gratis a partir de finales de julios. Al pasar a costar 104 euros ya no podrá seguir con su polémica política de actualizaciones forzadas, por lo que llegará el momento de la verdad para el nuevo sistema operativo de Microsoft.
Microsoft Edge sigue sin despegar
Source: StatCounter Global Stats - Browser Market Share
Pero mientras todo parecen ser buenas noticias para el sistema operativo en sí, todas las relacionadas con uno de sus componentes estrella, Microsoft Edge, parecen ser malas. El navegador no ha conseguido aumentar ni siquiera en un 1% su adopción en lo que llevamos de año según StatCounter, y está teniendo que ver cómo Chrome no sólo mantiene su reinado, sino que su adopción sigue creciendo.
Microsoft Edge era la respuesta de Microsoft a la fama que Internet Explorer llevaba años cosechando, un navegador con un aspecto renovado, una tecnología interna moderna a la par de la competencia, y características únicas como un modo de lectura integrado, funciones de escritura a mano y la integración nativa del asistente Cortana.
Pero su arranque no fue todo lo bueno que se esperaba. Llegó sin sus prometidas extensiones, con una exclusividad para Windows 10 que coartaba su crecimiento en otros sistemas operativos, y el problema de que las administraciones no pudieran dar el salto porque aún siguen siendo demasiado dependientes de la tecnología de Internet Explorer.
Si miramos esta gráfica de NetMarketShare, que siempre ha tenido las estadísticas más favorables para Internet Explorer, en ellas vemos como el uso de Edge parece un poco más alto que en las de StatCounter, pero sigue estando lejos de los números de otros navegadores como Firefox, el propio Internet Explorer, y sobre todo de Chrome.
¿Y podría Edge empezar a remontar posiciones? Pues posiblemente sí, sobre todo según crezca el uso de Windows 10, pero mucho me temo que su explusividad para un único sistema operativo seguirá siendo un lastre definitivo para él. Tened en cuenta que vivimos en un mundo convergente en el que muchos usuarios intentan tener el mismo navegador en su PC y en su móvil para tener elementos como los marcadores siempre sincronizado.
De hecho, otros interesantes nuevos proyectos como el del navegador Vivaldi también se encuentran con el mismo problema, y siempre que hablamos de él hay alguno de vosotros que recuerda en los comentarios la necesidad de una versión para móviles.
En cualquier caso, todavía es pronto para dar por muerto a un navegador que acaba de nacer, sobre todo teniendo en cuenta que cuenta con una potente empresa como Microsoft detrás. Habrá que ver cómo reaccionan los usuarios una vez se implementen sus extensiones el mes que viene, y si esa automonía de la que tanto presumen acaba siendo determinante para animar a los usuarios a utilizarlo.
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